jueves, noviembre 13, 2025
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Mañana empieza la Cuaresma

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Mañana empieza la Cuaresma :
El miércoles de ceniza, los buenos cristianos asisten a las iglesias a que les impongan la ceniza, al mismo tiempo que escuchan unas palabras: Arrepiéntete y cree en el Evangelio. Esas palabras explican el sentido de ese rito tan atrevido con el que da inicio la cuaresma. ¡Arrepiéntete!, se nos dice.

Hay tiempo de pecar y tiempo de convertirse. El tiempo de pecar suele ser muy largo. Todos pasamos por momentos malos, en que abandonamos el buen camino y nos adentramos en la mala vida. Incluso, podemos observar, cuando miramos hacia atrás, que hay un período en la vida en que nos hemos alejado mucho de Dios, de la Iglesia, de las buenas costumbres. Son esos días negros a los que no queremos mirar.

Pero hay también épocas buenas, en las que hemos sido capaces de hacer el bien, hemos estado en paz con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
Si pudiéramos observar en una película nuestro mejor día vivido y nuestro peor día, nos asombraríamos de dos cosas: Primero: de cómo hemos bajado tanto. Quizá tendríamos que decir: «Nunca me imaginé que podía llegar a hacer lo que he hecho». Pero también nos asombraríamos de lo bien que nos hemos portado en nuestro mejor día; de tal forma que si todos los días de nuestra vida hubieran sido como ese día, podríamos ser contados entre los hombres verdaderamente buenos y honrados de este mundo.

De aquí podemos sacar la siguiente conclusión: el hombre puede, si se esfuerza, subir mucho, mejorar; o, por el contrario, bajar, corromperse, destruirse. El ser humano puede llegar a ser un ángel o un demonio.

Se cuenta que a la hora de buscar a un personaje que representara a Cristo en una película, eligieron a un joven que, por su vida y costumbres reflejadas en el rostro, parecía ser el más idóneo. Al pasar el tiempo se trató de buscar a alguien que representara el papel de Judas, y después de mucho buscar, encontraron por fin a un hombre que, por la expresión de su cara parecía el más acertado. Era el mismo hombre que un día representó el papel de Cristo. ¿Tanto había cambiado…?

En la cuaresma se nos invita a un cambio. Dios nos da la oportunidad de arrepentirnos. Es un tiempo de gracia en que Dios nos ofrece su perdón con especial generosidad.

Aún sabiendo que lo tenemos que hacer, preferimos seguir lo mismo, dejando para más adelante esa conversión, ese cambio de vida que nos cuesta tanto.

Un hombre dejó hasta los 31 años su cambio. Una vez cuando sus compañeros decían: «vamos a cambiar la vida, pero más adelante», el convertido les contestó: «Si alguna vez lo vas a hacer, ¿por qué no ahora?, y, si no lo haces ahora ¿por qué dices que lo harás más adelante? ¿Podrás? ¿Querrás hacerlo? ¿Tendrás tiempo?»
También de él es esta frase significativa: «Teme a Dios que pasa y que no vuelve». Dios suele pasar una y varias veces por nuestra vida, pero no tiene obligación de volver apasar. Por eso decía respetuosamente aquél, que primero no tenía ningún miedo ni respeto: «Teme a Dios que pasa y que puede no volver a pasar en tu vida».

Por que la Semana Santa cambia de fecha cada año

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Por que la Semana Santa cambia de fecha cada año :
El Año litúrgico no se ciñe estrictamente al año calendario, sino que varía de acuerdo con el ciclo lunar.

Cuenta la historia, que la noche en la que el pueblo judío salió de Egipto, había luna llena y eso les permitió prescindir de las lámparas para que no les descubrieran los soldados del faraón.

Los judíos celebran este acontecimiento cada año en la pascua judía o «Pesaj», que siempre concuerda con una noche de luna llena, en recuerdo de los israelitas que huyeron de Egipto pasando por el Mar Rojo.

Podemos estar seguros, por lo tanto, de que el primer Jueves Santo de la historia, cuando Jesús celebraba la Pascua judía con su discípulos, era una noche de luna llena.

Por eso, la Iglesia fija el Jueves Santo en la luna llena que se presenta entre el mes de marzo y abril y tomando esta fecha como centro del Año litúrgico, las demás fechas se mueven en relación a esta y hay algunas fiestas que varían de fecha una o dos semanas.

Las fiestas que cambian año con año, son:

· Miércoles de Ceniza
· Semana Santa
· La Ascensión del Señor
· Pentecostés
· Fiesta de Cristo Rey

También hay fiestas litúrgicas que nunca cambian de fecha, como por ejemplo:

· Navidad
· Epifanía
· Candelaria
· Fiesta de San Pedro y San Pablo
· La Asunción de la Virgen
· Fiesta de todos los santos

Para conocer más, consulta:

DOCE FRASES DE SOR FAUSTINA

DOCE FRASES DE SOR FAUSTINA :
Ya dice la canción: “¿qué tendrá lo pequeño que a Dios tanto le agrada?”

Efectivamente, Dios no pudo escoger a una mejor secretaria para la gran misión de proclamar al mundo su mayor atributo: Su infinita Misericordia.

Dios escogió a la joven Elena Kowlaska, después llamada ‘Faustina’ en su profesión religiosa; una sencilla chica de campo, la tercera de diez hermanos. Su vida fue aparentemente ordinaria, y nadie podía imaginar la extraordinaria profundidad de su unión con Dios.

El nombre de “Faustina” significa “feliz”, y ciertamente nuestra querida Santa fue una mujer profundamente feliz, a pesar de las innumerables pruebas. Sor Faustina lo ofreció todo siempre por la conversión de los pecadores, especialmente por aquellos que perdieron la fe en la Misericordia de Dios.

Ilustración por Gabriela Vairo
Ilustración por Gabriela Vairo
Su santidad no consistió en ninguna aparición o fenómeno místico, sino en una muy virtuosa vida basada en sencillez y humidad; un ofrecimiento lleno de amor y conformando su voluntad con la Voluntad Divina de Dios en cada momento.

1. NI REVELACIONES NI ÉXTASIS

“Ni gracias, ni revelaciones, ni éxtasis, ni ningún otro don concedido al alma la hace perfecta, sino la comunión interior de mi alma con Dios. Estos dones son solamente un adorno del alma, pero no constituyen ni la sustancia ni la perfección” (Diario 1107).

2. FELICIDAD EN EL INTERIOR

“No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios. Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con Él…” (Diario 454).

3. DAME ALMAS

“Oh Cristo, dame las almas. Envía sobre mi todo lo que quieras, pero a cambio, dame las almas” (Diario 1426).

4. EUCARISTIA

“El amor se oculta bajo apariencia del pan” (Diario 1002). “Me veo tan débil que si no tuviera la Santa Comunión caería continuamente; una sola cosa me sostiene y esto es la Santa Comunión. De ella tomo fuerza, en ella está mi fortaleza” (Diario 1037)

5. ES EL ENEMIGO QUIEN DEBE TEMER

“El enemigo debe tener miedo de nosotros y no nosotros del enemigo” (Diario 450)

6. SACRIFICIOS COTIDIANOS

“Oh ustedes, pequeños, insignificantes sacrificios cotidianos, son para mí como las flores del campo con las cuales cubro los pies del amado Jesús. A veces, yo comparo estas pequeñeces con las virtudes heroicas, porque para su incesante continuidad exigen heroísmo” (Diario 208).

7. DESEO REFLEJAR TU CORAZÓN

“Oh Jesús mío, cada uno de Tus santos refleja en sí una de Tus virtudes, yo deseo reflejar Tu Corazón compasivo y lleno de misericordia. Que Tu misericordia, oh Jesús, quede impresa sobre mi corazón y mi alma como un sello y éste será mi signo distintivo en esta vida y en la otra” (Diario 1242)

8. EL SUFRIMIENTO

“El sufrimiento es el tesoro más grande que hay en la tierra, purifica al alma. En el sufrimiento conocemos quién es nuestro verdadero amigo. El amor verdadero se mide con el termómetro del sufrimiento” (Diario 342). “Desde el momento en que empecé a amar el sufrimiento, este mismo dejó de ser sufrimiento para mí. El sufrimiento es el alimento continuo de mi alma” (Diario 276)

9. SERVIR AL PRÓJIMO

“Mi reposo verdadero está en el servicio del prójimo” (Diario 163).

10.EL SILENCIO

“El alma silenciosa es fuerte; ninguna contrariedad le hará daño si persevera en el silencio. El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios; vive casi siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el alma silenciosa Dios obra sin obstáculos” (Diario 477).

“El alma sin gustar la dulzura del silencio interior, es un espíritu inquieto y perturba este silencio en los demás. Vi a muchas almas en los abismos infernales por no haber observado el silencio. Ellas mismas me lo dijeron cuando les pregunté cuál había sido la causa de su ruina. Eran almas consagradas” (Diario 119).

11.UN DIRECTOR ESPIRITUAL

“Oh, qué grande es la gracia de tener al director espiritual. Se progresa más rápidamente en las virtudes, se conoce más claramente la voluntad de Dios, se la cumple más fielmente, se avanza en un camino cierto y seguro” (Diario 331).

12. HACER LAS COSAS PEQUEÑAS CON GRAN AMOR

“El amor puro es capaz de grandes empresas y no lo destruyen ni las dificultades ni las contrariedades, si el amor es fuerte a pesar de grandes dificultades, también es perseverante en la vida cotidiana, gris, monótona. Sabe que para agradar a Dios, una cosa es necesaria, es decir hacer las cosas más pequeñas con gran amor, amor y siempre amor” (Diario 140)

Para mi, Sor Faustina es una gran amiga, una verdadera hermana mayor que Dios me regaló para acompañarme en el camino, un gran modelo de santidad. La siento siempre cercana y me llena de gran paz saber que cuento con la intercesión de una mujer tan espectacular.

CUANDO BATMAN YA NO QUIERE SERLO

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CUANDO BATMAN YA NO QUIERE SERLO :
«Un héroe puede serlo cualquiera. Incluso un hombre haciendo algo tan simple y alentador como poner su abrigo en los hombros de un niño, solo para hacerle saber que el mundo no ha acabado.»

Con esta frase el héroe de Ciudad Gótica se despide en la película “El caballero de la noche asciende”, pero mucho antes de su triunfo final se muestra un Batman totalmente distinto, un Batman con el que, curiosamente, muchos cristianos podemos identificarnos. Esta reflexión vocacional está dirigida especialmente a todos aquellos Sacerdotes, Religiosos, Consagrados o Seminaristas que, en algún momento de su caminar, han querido “colgar el hábito”, también la dirijo a aquellos jóvenes que tienen miedo a tomar ese hábito o a cualquier cristiano que, ante el peso de la cruz, siente la tentación de tirar la toalla.

Muy pocas veces en las películas se logra retratar tan bien ese drama tan íntimo y existencial del héroe que se niega a serlo. En nuestro caso, tenemos a este “Bruno Díaz” (Bruce Wayne) que al inicio se muestra triste y encerrado en sí mismo, derrotado por la incomprensión y la ingratitud, sin ánimos de seguir adelante en su vida y como a la espera de algo que él mismo desconoce. En pocas palabras, tenemos a un Batman que no quiere ser Batman.

Por otra parte tenemos a este fiel Alfred, su sabio mayordomo, que hace las veces de su conciencia, poniéndole los pies en la tierra haciéndole ver que, o bien retoma su máscara y su capa, y hace lo que solo él sabe hacer, o lo deja y continúa su vida como Bruno Díaz; pero, lo que no es una opción para este personaje es la indecisión, vivir ese limbo entre ambas vidas. Bien podríamos resumir situaciones similares con aquellas palabras de Jesús en la Escritura: «Que vuestro “Sí” sea “Sí” y vuestro “No” sea “No”, pues lo que sale de aquí viene del maligno» (Mt 5, 37).

Este drama no es ajeno a ninguno de nosotros, cualquiera que se toma en serio la Voluntad de Dios lo sabe y, tarde o temprano, lo vive, sea cual sea su vocación personal. Pero, antes de tomar una decisión con verdadera conciencia, es necesario pasar primero por el crisol del silencio y del sufrimiento, de ello la Palabra de Dios habla abundantemente en el segundo capítulo del Eclesiástico: «Hijo, si quieres servir a Dios, prepara tu alma para la prueba» (Eclo 2, 1); y continúa: «Porque en el fuego se purifica el oro y los hombres gratos a Dios en la humillación» (Eclo 2, 5).

El cambio se da cuando nuestro Bruno Díaz es testigo del mal que se alza, cuando presencia una Ciudad Gótica necesitada y cuando toma conciencia que el grano de arena que él puede aportar es significativo… ¿No es acaso esta la misma historia del llamado del profeta Isaías?… «Al percibir la voz del Señor que decía “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de parte nuestra?” yo respondí: “Heme aquí: ¡Envíame a mí!”» (Is 6, 8)

La lección central de la película – y núcleo de nuestra reflexión – es cuando el héroe, después de haberse decidido finalmente a serlo, es derrotado en combate y arrojado al fondo de un abismo; ahí aprende una de las enseñanzas más importantes de la vida: Que el sufrimiento, lejos de ser un paralizante, es un aliciente, pues nada nos abre tanto los ojos a lo esencial y a lo que verdaderamente importa en la vida – como el contacto directo con el dolor y la miseria humana en cualquiera de sus formas – es algo que inevitablemente nos reajusta nuestras prioridades.

En fin, si actualmente te encuentras como el Bruno Díaz de la imagen, vacilando entre un “SÍ” o un “NO”, independientemente del camino al que Dios te llama, independientemente de si ya has emprendido el camino, pero el desánimo te incita a dejarlo o de si tu vacilación es emprenderlo o no… No temas, si Dios te ha llamado es porque Él se compromete en PERSONA a dar la cara por ti; los verdaderos paralizantes son el temor y la indecisión.

Quizá, para ser “Batman”, lo único que se necesite es que “Bruno” deje de verse a sí mismo y vea a su Ciudad Gótica, sabiendo que por muy ínfima que pueda ser su aportación, es indispensable. Pues, como dijo la Beata Teresa de Calcuta: «A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota».

Estamos obligados a oir Misa entera todos los bautizados con uso de razon a no ser que haya una causa excusante

Estamos obligados a oir Misa entera todos los bautizados con uso de razon a no ser que haya una causa excusante :
Santificar las fiestas es oír Misa entera y no trabajar sin verdadera necesidad. El día más grande del año es el domingo de la Resurrección del Señor. Todos los domingos son una conmemoración de este gran día de Pascua. En el Antiguo Testamento el día de fiesta era el sábado. Pero los Apóstoles lo trasladaron al domingo porque en este día resucitó Nuestro Señor.

En los Hechos de los Apóstoles se nos cuenta que los cristianos se reunían los domingos para celebrar la Eucaristía(621). Y la «Didajé» escrita entre los años 80 y 90 de Nuestra Era afirma que los cristianos asistían a Misa el domingo(622).

Están obligados a oír Misa entera los días de precepto todos los bautizados que han cumplido los siete años y tienen uso de razón. «Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave»(623). Una falta habitual a la Santa Misa, sin causa excusante, supone un desprecio del precepto. El precepto de oír Misa consiste en asistencia personal a la iglesia. No satisface el precepto quien la oye por televisión. Aunque oír Misa por televisión siempre será una cosa laudable, pero no suple la obligación de ir a oírla personalmente, a no ser que haya una causa excusante.

Además de la presencia física es necesario estar presente también mentalmente, es decir, atendiendo. Una distracción voluntaria puede ser pecado, si es prolongada. Las distracciones involuntarias no son pecado. El precepto es de oír Misa entera, pero omitir una pequeña parte, al principio o al final, no es pecado grave.

Aunque lo mejor es oírla desde que sale el sacerdote hasta que se retira. Al que llega después de haber empezado el Ofertorio, esa Misa no le vale.

El precepto de oír Misa puede cumplirse el sábado por la tarde. Lo mismo en las vísperas de las demás fiestas de precepto. Cuando hay dos fiestas de precepto seguidas, hay que oír Misa por cada día, en las horas oportunas.

Decir que lo mismo da ir a Misa el domingo que el lunes es como decir que lo mismo da ir a felicitar a tu padre porque es su santo, el día que acude toda la familia, o tres días después porque es más cómodo para ti.

Quedan excusados de ir a Misa los que tienen algún impedimento: una enfermedad que no permita salir de casa, un viaje que no te dé tiempo de oírla, el vivir lejos de la iglesia más cercana, una ocupación que no puede abandonarse, por ejemplo: los que cuidan enfermos y no tienen quien los sustituya. Para saber cuándo tenemos un motivo razonable que nos excuse de ir a Misa lo mejor es consultar con un sacerdote.
Si no tienes un sacerdote a mano, y te urge solucionar tu duda, puede ayudarte la norma siguiente:

Puedes dejar la Misa si, dadas las circunstancias en que te encuentras, dejarías también prudentemente un negocio de cierta importancia para ti. Si en esas circunstancias en que te encuentras tuvieras una ocasión única de cobrar una cantidad importante de dinero, ¿dejarías pasar esa ocasión? Pues la Misa vale más de un millón. Tiene valor infinito.

La inestabilidad afectiva

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La inestabilidad afectiva :
¿Qué es la Afectividad?:

El psiquiatra español Enrique Rojas define la afectividad “Como el universo emotivo formado por un sistema complejo de sentimientos, emociones, pasiones, motivaciones, ilusiones y deseos…

Se caracteriza por su diversidad, como un océano, desde sus colores a sus apariencias, pasando por la profundidad de todo lo que habita en su interior.

Todos sabemos de su existencia, pero dar una definición cabal es una tarea bien ardua, sobre todo ahora que estamos en la era del desamor”.

La afectividad es el modo en que somos afectados interiormente por las circunstancias que se producen a nuestro alrededor.

Desde los primeros años de existencia, el niño capta los estímulos y expresa sus vivencias por el sistema emocional. Su clave de conocimiento es afectiva.

El mundo afectivo del ser humano comienza antes del nacimiento con el vínculo emocional que genera la madre con su hijo. Los padres y la familia son fundamentales en la educación de la afectividad y de la recta valoración de sí mismo de los hijos.

¿Qué es la inestabilidad afectiva?:

Es la variación frecuente de emociones y sentimientos sin razones de peso señala Miguel Ángel Fuentes en su libro “Educación de la afectividad”.

No nos estamos refiriendo a la “ciclotimia” ni tampoco al trastorno bipolar, ni a la personalidad borderline o trastorno “límite”. Nos referimos a la inestabilidad de nuestras emociones. Es decir, cuando nuestro ánimo varía muy rápido, nuestro humor es muy cambiante e inestable.

En este sentido hay que mencionar que no es raro que hoy en día vivamos bajo el imperio de lo emocional. Estamos muy acostumbrados a responder desde lo que sentimos, desde nuestras emociones. Un rasgo del hombre contemporáneo es la inestabilidad afectivo-emocional. Él está poco acostumbrado a regirse por sus criterios, por su razón. Es más, podemos hablar incluso del endiosamiento de lo emocional. Hoy en día importa solo lo emocional o sentimental, sin reflexionar si está bien o mal. Se plantea que lo importante es sentirse bien más allá del bien o del mal, es decir, más allá de lo moral.

Distintos enfoques psicológicos o psicoterapias intentan hacer sentir bien a la persona más allá de lo bueno o malo. No es raro que se recurra a sucedáneos o drogas que nos conducen a una respuesta falsa y reductiva.

Pongamos el ejemplo del dolor. A ninguna persona le gusta sufrir o sentir dolor. Esto es claro. Sin embargo hay que decir que el dolor no es malo. Por otro lado el dolor y sufrimiento es parte de la vida humana. Sería muy bueno que todos aprendamos a asumir y aceptar en nuestras vidas cotidianas los dolores y sufrimientos como parte de nuestra existencia e incluso como una pedagogía para crecer en amor, entrega y donación. No está mal sufrir. No está mal sentir dolor. El dolor es un sentimiento que se da, es real, existe en el mundo y en personas concretas. Lo mismo que el miedo o cualquier otra emoción o sentimiento.

Es un tema de falta de conocimiento personal; es decir, de no entendernos a nosotros mismos, de no saber qué estamos sintiendo o qué estamos pensando e incluso el vivir huyendo del dolor o también el ser presa de nuestras emociones. Y es que no es raro que nuestras emociones nos manejen y manipulen.

Ese es el inestable. Estamos ante una personalidad fluctuante. Pasa con relativa facilidad del entusiasmo al desaliento, de las “cumbres” a los “pozos”, de las euforias a los enojos. Ésta es una personalidad altamente emotiva, pues, precisamente, las emociones son las que controlan sus estados anímicos. Y, como los afectos son cambiantes, todo es arrastrado con sus cambios. Es un hombre cuyo hilo histórico se llama capricho, engreimiento, mimo.

Los cambios en las emociones o sentimientos suelen darse, incluso, en forma explosiva, súbita; no gradual. En poco tiempo, o, a veces, a raíz de un simple episodio (por ejemplo, la negación de un capricho, una noticia contradictoria, etc.), pasan de la euforia al abatimiento.

En esto actúan de modo semejante a los niños que brincan con un regalo y en cuestión de minutos patalean ante un reto. Lo cual muestra que es un problema de inmadurez e infantilismo.

Se trata entonces de madurar y crecer en nuestro manejo emocional y afectivo.
Se trata de entender que la afectividad humana es normalmente cambiante ya que aquí no estamos hablando de una estabilidad absoluta.

Se trata de enfrentar y asumir nuestras emociones y sentimientos cotidianamente. Que el miedo o la tristeza no nos venza, por ejemplo, y nos lleve a pelearnos con nuestros seres queridos o que nos marginemos de nuestros amigos, que afecte mi trabajo, mis estudios e incluso mi vida espiritual.

Cuando la franja de los altibajos se hace más amplia, pasando de alegrías “desproporcionadas” a “bajones” igualmente exagerados, columpiándose entre el arrebato y el desaliento, estamos ante un problema que puede ser serio.

Causas de la inestabilidad afectiva:

Es importante afirmar que “algunas personas están más predispuestas que otras a experimentar con frecuencia emociones positivas o negativas”. Es decir hay personas más emotivas que otras, incluso podríamos decir que hay quienes tienden más a las emociones positivas u otros que tienden más a las emociones negativas.

La familia es uno de los factores más influyentes en el desarrollo del mundo afectivo de la persona. Y las carencias afectivas, por exceso o por defecto, afectan a la conducta humana.

Los padres, educan (o maleducan) en la afectividad a través de las interacciones entre sí mismos y a través de las interacciones con sus hijos.

Recomendaciones:

La estabilidad afectiva requiere de una armonía entre la emoción o sentimiento y la razón. Cuando existe un predominio de lo racional, en detrimento de la parte afectiva, el resultado puede ser una personalidad fría, calculadora, incapaz de darle cabida a los lazos afectivos. Por el contrario, cuando predomina la parte afectiva y no interviene la razón, se desarrolla una personalidad extremadamente sensible que dificulta al individuo ver los acontecimientos de su vida de una manera objetiva.

Son tres las recomendaciones para trabajar la inestabilidad afectiva:

-Conocimiento personal: Esto implica reconocer quienes somos realmente. Se trata de evitar mi reducción a una lista de defectos o virtudes o a lo corporal, placer, al dinero o mi personaje. Se trata de un conocimiento integral de mí mismo como unidad bio-psico-espiritual.

-Aceptación: Saberme creatura, hijo de Dios, don único e irrepetible. Ser contingente y necesitado. Se trata de asumir en mi vida a mis padres, todos los hechos de mi historia personal; buenos y malos.

-Señorío de sí: Es lo que algunos lo explican cómo autocontrol. En efecto es el dominio de sí, el manejo o maestría personal. Aquí es importante insistir en el manejo y gobierno de mis emociones y sentimientos por medio de la razón. Si me siento mal es importante entender ¿por qué me siento mal?, enfrentar esa emoción y sentimiento, preguntarme ¿por qué me estoy sintiendo mal?, ¿Qué es lo que estoy pensando? En éste contexto es adecuado trabajar nuestras creencias nucleares o también las distorsiones cognitivas o falacias lógicas.

Cuando hablamos de controlar nuestros sentimientos no estamos hablando de reprimirlos. Se trata de conocerlos, de reconocerlos, aceptarlos, asumirlos, canalizarlos y encausarlos.

Hoy se inicia la Novena a San Juan Bosco

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Hoy se inicia la Novena a San Juan Bosco :
REDACCIÓN CENTRAL, 22 Ene. 16 / 04:07 am (ACI).- “Dios no abandona a ninguno; quien a Él recurre con el corazón limpio del pecado y con la oración bien hecha, obtendrá todo lo que necesite”, decía San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, cuya fiesta se celebrará el próximo 31 de enero.

Cercanos a esta gran festividad, aquí una novena en honor al Santo de los jóvenes y fundador de la Familia Salesiana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

Oración inicial

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco. Le diste un corazón lleno de amor y tan dilatado como las orillas de los mares. En él, millares de hombres y mujeres han podido descubrir que eres tú, Dios del amor, el que estás presente como origen, fuente y meta de todo.

Te damos gracias, Señor, porque has visitado a tu Iglesia con hombres santos como Juan Bosco. Él ha encendido una llama y otros la conservan prendida, para que en el mundo los jóvenes y los niños vean y sientan tu presencia de Dios cercano, de Dios amigo.

Te damos gracias, Señor, por Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, profeta de la educación en los tiempos nuevos, amigo entrañable de los jóvenes, que decía: «Me basta que seáis jóvenes para que os quiera». Bastan testigos así para que muchos creamos que Tú eres el Dios del amor. Amén.

Oración para el primer día

¡Oh Don Bosco Santo! Por el amor ardiente que tuviste a Jesús Sacramentado y por el celo con que propagaste su culto, sobre todo con la asistencia a la Santa Misa, con la Comunión frecuente y con la visita cotidiana; alcánzanos la gracia de crecer cada vez más en el amor y práctica de tan santas devociones, y de terminar nuestros días fortalecidos y confortados por el celestial alimento de la Divina Eucaristía. Amén.

Oración para obtener una gracia

Oh Don Bosco Santo, cuando estabas en esta tierra no había nadie que acudiendo a ti, no fuera, por ti mismo, benignamente recibido, consolado y ayudado. Ahora en el cielo, donde la caridad se perfecciona ¡cuánto debe arder tu gran corazón en amor hacia los necesitados! Mira, pues, mis presentes necesidades y ayúdame obteniéndome del Señor… (Pídase la gracia).

También tú has experimentado durante la vida las privaciones, las enfermedades, las contradicciones, la incertidumbre del porvenir, las ingratitudes, las afrentas, las calumnias, las persecuciones y sabes qué cosa es sufrir.

Por eso, oh Don Bosco Santo, vuelve hacia mí tu bondadosa mirada y obtenme del Señor cuanto te pido, si es ventajoso para mi alma; o si no, alcánzame alguna otra gracia que me sea aún más útil, y una conformidad filial a la divina voluntad en todas las cosas, al mismo tiempo que una vida virtuosa y una santa muerte. Amén.

Se reza un Padrenuestro, Avemaría, Dios te Salve y Gloria.

Oración a Don Bosco

Padre y Maestro de la juventud,
San Juan Bosco,
que, dócil a los dones del Espíritu y abierto a las realidades de tu tiempo
fuiste para los jóvenes, sobre todo para los pequeños y los pobres,
signo del amor y de la predilección de Dios.

Se nuestro guía en el camino de amistad con el Señor Jesús,
de modo que descubramos en Él y en su Evangelio
el sentido de nuestra vida
y la fuente de la verdadera felicidad.

Ayúdanos a responder con generosidad
a la vocación que hemos recibido de Dios,
para ser en la vida cotidiana
constructores de comunión,
y colaborar con entusiasmo,
en comunión con toda la Iglesia,
en la edificación de la civilización del amor.

Obtennos la gracia de la perseverancia
al vivir una cota alta de vida cristiana,
según el espíritu de las bienaventuranzas;
y haz que, guiados por María Auxiliadora,
podamos encontrarnos un día contigo
en la gran familia del cielo. Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nuestra Señora de Altagracia

Nuestra Señora de Altagracia :
Es difícil para nuestros hermanos de otros países entender la importancia de Nuestra Señora de Altagracia para los dominicanos. Sin embargo, no hay que sobreabundar con detalles sobre la presencia del culto a la Virgen de Altagracia en la República Dominicana. Sencillamente, sería insólito encontrar una iglesia a lo largo y ancho del territorio nacional que no ostente su imagen.

Además, casi no existe una parroquia que no tenga una capilla que se llama «Nuestra Señora de Altagracia»; casi no existe un pueblo que no tenga una calle que se llama «Altagracia»; y casi no existe una familia que no tenga al menos un testimonio de la intercesión de Nuestra Señora de Altagracia.

Así que, nos limitamos a un resumen cuantitativo:

El nombre «Altagracia» en la población dominicana

El 19 de septiembre de 2001 la base de datos de la «Junta Central Electoral» nos informó que una de cada 13 mujeres dominicanas se llama «Altagracia».

El número de peregrinos que visitan la Basílica

Según la «Secretaría de Estado de Turismo» en 1998, unos 350,000 turistas visitan a la Basílica cada año. Además unos 800,000 peregrinos – es decir el equivalente a 10% de la población del país – pasan por la Basílica de Higüey cada año.

Es probable que unos 300,000 peregrinos acudieran a la Basílica solamente durante la novena de enero del año 2006.

El Cuadro

El cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia fue pintado probablemente en Sevilla en los primeros quince años del siglo XVI (es decir entre 1500 y 1515), y es posiblemente de la escuela de Alejo Fernández.

Ha tenido cinco restauraciones de importancia, la última en 1978.

Es un lienzo español tipo «Belén», con influencia flamenca, típico de los siglos XV y XVI, con un elemento distinto y único: el rayo de luz.

La «Maternidad Divina»

Es una expresión plástica, del dogma de la «Maternidad Divina». María es la Madre de Dios. De allí el título de «Altagracia», porque la gracia más alta jamás otorgada a un ser humano es la de ser la Madre de Dios.

A la vez es una explicación del dogma de la «Virginidad Perpetua». María es virgen antes, durante y después de dar a luz a Jesús. Un autor del siglo Vl explica: «Como un rayo de luz traspasa un cristal sin dañarlo de manera alguna, igual un rayo de luz más blanco que la nieve traspasa la Virgen para dar a luz a Jesús, Dios en medio de nosotros».

Así que, el cuadro nos hace testigos oculares del momento del nacimiento. Lo que parece un delantal es el «rayo de luz más blanco que la nieve». El Mesías traspasa, sin dañar de manera alguna a la Altagracia quien, recogida y arrodillada, está contemplando tiernamente al Hijo de Dios.

Con un gesto de la cabeza nos invita a arrodillarnos también en frente del pesebre, y juntos adorar al niño Jesús .

La adoración nos lleva a la contemplación, y la contemplación al deseo de estar presentes en la cueva, inmóviles como la Madre, velando al niño, amando al amor y estando en la presencia de Dios.

Es un ícono

El cuadro es también un ícono. No hay un elemento, un color ni una relación que no tenga su significado. Efectivamente hay 62 distintos símbolos en el cuadro. Se puede meditar sobre los siguientes:

La Estrella de Belén (es la Navidad) tiene ocho puntas (símbolo del cielo) con dos rayos extendiéndose hacia el pesebre: Dios Padre está bendiciendo a su Hijo.

Por encima de la Virgen hay doce estrellas (son las tribus de Israel y, a la vez, los apóstoles de Jesús). María es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Alrededor de María hay un resplandor (cf. Apocalipsis 12, 1). Ella lleva una corona por ser la Reina del Cielo, y un velo sobre la cabeza porque está casada. Está vestida de rojo, porque es un ser humano, y cubierta de blanco por ser sin pecado concebida. Lleva un manto azul celestial salpicado con estrellas porque «el poder del Altísimo vendrá sobre ti».

San José está vestido al revés. Tiene el azul de su santidad escondido bajo un manto rojo por ser de este mundo, y lleva una vela para dar luz a su esposa, y a las necesidades materiales de las cuales es patrono.

El niño Jesús está durmiendo (y está muerto) pero despertará (y resucitará), sobre un pesebre que es, a la vez, un altar (y su sepulcro).

Atrás hay una columna, señal de que estamos en un templo. La cueva es un templo porque allí habita Dios mismo: el niño Jesús.

Las hendiduras en el techo, arriba a la izquierda, nos dicen que el mundo está decayendo, pero Jesús ha venido para restaurarlo.

Encima de todo, es milagrosa

A pesar de todo lo dicho, la Altagracia es importante para el pueblo dominicano porque es milagrosa. Desde hace 500 años Nuestra Señora de la Altagracia está intercediendo ante su Hijo Jesús para que intervenga en nuestra vida cotidiana.

En la actualidad, casi no existe una familia dominicana en donde no se encuentre un testimonio de la intercesión de «Tatica», Nuestra Señora de la Altagracia.

El primer documento que tenemos que habla de la Altagracia, en 1569, menciona tres milagros. Y desde entonces han sido incontables.

Se celebró una misa el 21 de enero de 1692, para dar gracias a la Altagracia por haber protegido a los voluntarios de Higüey y El Seibo quienes, un año antes, habían participado en la batalla feroz y sangrienta de «La Limonade». Todos volvieron a casa sanos y salvos sin rasguño alguno. ¡Era un milagro patente! Desde entonces se ha celebrado la fiesta de Nuestra Señora de la Altagracia en el aniversario de este milagro.

Hoy día hay al menos una religiosa «de servicio» en la basílica diariamente para recibir las promesas y anotar los milagros otorgados por la intercesión de la Altagracia.

La Historia Oral

Hay una leyenda que tiene su origen -casi seguro- en hechos verídicos, de un hacendado de Higüey con dos hijas. A la vuelta de un viaje a Santo Domingo, pasando la noche en una posada, compartió su desilusión porque, aunque había encontrado las cintas y botones que le había pedido la hija mayor, no hallaba ni una estampita de la «Altagracia» que su hija menor quería tanto. Con eso, apareció un anciano con un lienzo de la Virgen: «¡Es eso lo que está buscando!» Luego el anciano desapareció.

El hacendado llevó el cuadro a su casa, y lo colgó en la sala principal. Al día siguiente el lienzo no aparecía. Se lo encontró de nuevo en la copa de un naranjo. En los próximos días se repitió la desaparición una y otra vez.

El «Antiguo Santuario» está construido donde se ubicó el naranjo.

La Historia Escrito

A la vez, hay un historiador, Gerónimo Alcocer, quien escribió (en 1650) que los hermanos Alfonso y Antonio Trejo – hidalgos de Plasencia, España – trajeron el cuadro. Los investigadores pueden demostrar que los hermanos vivieron en Higüey, desde 1508. Hay siete u ocho documentos que lo confirman, pero en España no hay ni la más mínima pista de su existencia: es un misterio.

El Misterio

Al fin y al cabo, después de seguir cada pista hasta un «callejón sin salida», hay que decir que casi todo lo que se refiere al cuadro de la Altagracia es un misterio.

¿Quién lo pintó? ¿Cómo llegó a Higüey? ¿Por qué Dios quiso que estuviera en Higüey? ¿Por qué es milagroso? Sólo Dios sabe.

A nosotros nos queda arrodillarnos humildemente y adorar a nuestro Señor y Salvador, junto con Nuestra Señora de la Altagracia, Protectora de los dominicanos.

Reflexión

Hay miles de peregrinos que visitan la Basílica de la Altagracia en Higüey cada año. Vienen con todo tipo de ideas. Algunos tienen la fe para mover montañas. Otros no entienden demasiado. Pero todos tienen tanta fe que han tomado la decisión de viajar, gastando dinero y tiempo, para visitar a la Virgen.

¿Por qué es tan popular esta «Protectora del Pueblo Dominicano»? La respuesta es muy sencilla: Porque es «milagrosa». ¿Y por qué es «milagrosa?» La segunda respuesta necesita algo más de tiempo:

Todo milagro es la respuesta de Dios a la fe. Jesús nos dice: «Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis» (Mateo 21, 22). Dios es amor. Jamás se ha metido donde no haya sido invitado. Sin embargo, él quiere ayudarnos, y solamente hace falta que le pidamos «con fe en la oración» para que intervenga en las formas más inverosímiles y asombrosas. Él sabe que los más genuinos en su pueblo son muchas veces los más sencillos, así que está contento de simplificar las cosas, permitiendo que una imagen enfoque su fe. Claro está: el buen católico adora solamente a Dios y reserva su veneración para los santos representados en las imágenes.

Sería un error si sólo nos quedamos asombrados frente a los milagros, con la boca abierta y la mente corriendo tras explicaciones fáciles. Es cierto que los milagros son insólitos y llamativos, pero a Dios no le gusta el «figureo». Cada vez que él interviene en la vida de alguien es porque quiere atraerlo hacia él. Dios no quiere perder a ninguno de nosotros. Por eso nos llama la atención para que nos paremos en el camino y consideremos la vida y nuestro lugar en ella. Su deseo es que -por nuestra propia voluntad- tomemos la decisión de enmendar nuestras vidas, y buscar a Dios.

Efectivamente, jamás he oído de un milagro conseguido por intercesión de la Virgen de la Altagracia que no trajera -como consecuencia- la conversión de la persona (o alguien cercano a la persona) que la recibió.

Volvamos a contemplar el cuadro de Nuestra Señora de la Altagracia:

Lo que nos llama la atención a primera vista es la figura central de María. Sin embargo, al acercarse más, es evidente que el gesto de su cabeza nos llama a prestar más atención todavía al que está en el primer plano: Jesús.

Este gesto -lleno de ternura- nos hace recordar que, a pesar del papel principal dado a María en esta obra, la Iglesia existe para evangelizar, es decir, proclamar la Buena Nueva: ¡Hay salvación en el nombre de Jesús! Al final, todos nuestros esfuerzos tienen que tender hacia Jesús, hacia el Amor.

Los que hemos sido atraídos por las dulces redes de la Madre de Dios tenemos el privilegio y el deber de llevar nuestros prójimos «a Jesús por María»: a través de la Madre hacia el Hijo.

Oración:

«Que la Virgen de la Altagracia, Señor, interceda por nosotros». Amén.