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Santos Arcángeles y Santos Ángeles Custodios

Santos Arcángeles y Santos Ángeles Custodios :
Festejamos a los santos arcángeles y a los santos ángeles custodios. Vamos a conocer quiénes son, qué nos enseñan y cómo podemos relacionarnos con ellos.

Los ángeles son mensajeros de Dios. En concreto, los ángeles custodios se encargan de cuidarnos aquí en la Tierra.

Un poco de historia

¿Quiénes son los ángeles? ¿Cuál es su misión?
Los ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y voluntad.

Debido a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los sentidos. En algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, han podido ser oídos y vistos materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de asombro y de respeto. Por ejemplo, el profeta Daniel y Zacarías.

En el siglo IV el arte religioso representó a los ángeles con forma o figura humana. En el siglo V se les añadieron las alas como símbolo de su prontitud en hacer la voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor dificultad. En la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados como seres brillantes de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta Daniel escribe que un como varón, Gabriel, volando rápidamente, vino a él (8,15-16; 9,21). Y en el libro del Apocalipsis son frecuentes las visiones de ángeles que claman, tocan las trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro ángulos de la tierra, o junto al trono del Cordero.

La misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser sus mensajeros, cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores, custodios, protectores y ministros de la justicia divina.

La presencia y la acción de los ángeles aparecen a lo largo del Antiguo Testamento en muchos de sus libros sagrados. Aparecen frecuentemente también en la vida y enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, en las cartas de San Pablo, en los Hechos de los Apóstoles y principalmente en el Apocalipsis.

Con la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los ángeles:
Los ángeles nos protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del mal. Luchan con todo su poder por nosotros y con nosotros. Como ejemplo tenemos la milagrosa liberación de Pedro que fue sacado de la prisión por un ángel (Hech 12,7ss) y cuando el ángel del Señor detuvo el brazo de Abraham para que no sacrificara a Isaac.

Los ángeles nos comunican mensajes del Señor importantes en determinadas circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente, descubrir la verdad; por ejemplo tenemos las apariciones a la Virgen María, San José y Zacarías. Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles.

Los ángeles cumplen las sentencias de castigo del Señor. Como ejemplo tenemos el castigo de Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos egipcios (Ex 12,29).
Los ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, cuando muramos, hasta el Trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Éste será el último servicio que nos presten, pero el más importante, pues al morir no nos sentiremos solos. Como ejemplo de ello, tenemos al arcángel Rafael cuando dice a Tobías: “Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al Señor” (Tob 12,12-16).

Los ángeles nos animan a ser buenos. Ellos ven continuamente el rostro de Dios, pero también ven el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber cómo obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. Como ejemplo de esto, tenemos el texto que nos dice: “Los ángeles se regocijan cuando un pecador se arrepiente” (Lc 15,10).

La jerarquía angélica

Se suele enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro de esta jerarquía ,los coros de ángeles superiores hacen participar a los inferiores de sus conocimientos.
Cada tres coros de ángeles constituyen un nivel jerárquico y todos ellos juntos forman la corte celestial.

I. Jerarquía Suprema:
• querubines • serafines • tronos
II. Jerarquía Media:
• dominaciones • virtudes • potestades
III. Jerarquía Inferior:
• principados • arcángeles • ángeles

Serafines: Son los «alabadores» de Dios. Serafín significa “amor ardiente”. Los serafines alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad. léase Isaías 6,2.

Querubines: Son los «guardianes» de las cosas de Dios. Aparecen como los encargados de guardar el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos querubines comunica Yahvé sus revelaciones. «Se sienta sobre querubines».
Se habla de ellos en el Génesis, en el Éxodo, en la visión de Ezequiel (1,4) y en la carta a los hebreos (9,5).

Potestades, Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones: En la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico. San Dionisio interpreta los nombres de los diferentes grupos de ángeles como correspondientes a su grado de perfección. Para San Gregorio estos nombres se refieren a su ministerio: los principados son los encargados de la repartición de los bienes espirituales; las virtudes son los encargados de hacer los milagros; las potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas; las dominaciones son los que participan en el go-bierno de las sociedades, y los tronos son los que están atentos a las razones del obrar divino.

Ángeles: Su misión es ayudar a los hombres a llegar a la salvación eterna, guiándolos y protegiéndolos de los peligros de alma y cuerpo.

Arcángeles: Les podríamos llamar los “asistentes” de Dios. Son ángeles que están al servicio directo del Señor para cumplir misiones especiales.

Arcángel San Miguel: Es el que arrojó del cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de Miguel significa «quién como Dios». Su conducta y su fidelidad nos deben invitar a reconocer siempre el señorío de Jesús y a buscar en todo momento la gloria de Dios.

Arcángel San Gabriel: En hebreo significa «Dios es fuerte», “fortaleza de Dios”. Aparece siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como portador de noticias felices. Por ejemplo, anunció a Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista, y a la Virgen María la encarnación del Hijo de Dios.

Arcángel San Rafael: Su nombre quiere decir “medicina de Dios”. Tiene un papel muy importante en la vida de Tobías al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel Rafael sin saber que era un ángel enviado por el Señor. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras buenas a Dios. Y les dejó como mensaje bendecir y alabar a Dios, hacer siempre el bien y nunca dejar de orar.
Se le considera patrono de los viajeros por haber guiado a Tobías en sus viajes por tierra y por mar. Es patrono de los médicos (enfermedades de cuerpo y alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de Tobías.

¿Quiénes son los Ángeles Custodios?

Dios ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la salvación mientras está en este mundo. Afirma a este respecto San Jerónimo: “Grande es la dignidad de las almas cuando cada una de ellas, desde el momento de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia”.
En el Antiguo Testamento se puede observar cómo Dios se sirve de sus ángeles para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o librarlo del peligro, como cuando Elías fue alimentado por un ángel (1 Reyes 19, 5.)
En el nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los que se ve la misión de los ángeles: el mensaje a José para que huyera a Egipto, la liberación de Pedro en la cárcel, los ángeles que sirvieron a Jesús después de las tentaciones en el desierto.

La misión de los ángeles custodios es acompañar a cada hombre en el camino por la vida, cuidarlo en la tierra de los peligros de alma y cuerpo, protegerlo del mal y guiarlo en el difícil camino para llegar al Cielo. Se puede decir que es un compañero de viaje que siempre está al lado de cada hombre, en las buenas y en las malas. No se separa de él ni un solo momento. Está con él mientras trabaja, mientras descansa, cuando se divierte, cuando reza, cuando le pide ayuda y cuando no se la pide. No se aparta de él ni siquiera cuando pierde la gracia de Dios por el pecado. Le prestará auxilio para enfrentarse con mejor ánimo a las dificultades de la vida diaria y a las tentaciones que se presentan en la vida.

Muchas veces se piensa en el ángel de la guarda como algo infantil, pero no debía ser así, pues si pensamos que la persona crece y que con este crecimiento se tendrá que enfrentar a una vida con mayores dificultades y tentaciones, el ángel custodio resulta de gran ayuda.

Para que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un fiel y poderoso aliado nuestro. Debemos confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos guía y nos protege, está cerquísima de Dios y le puede decir directamente lo que queremos o necesitamos. Recordemos que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos y deseos íntimos si nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios conoce exactamente lo que hay dentro de nuestro corazón. Los ángeles sólo pueden conocer lo que queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También se les pueden pedir favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas para que las protejan de determinado peligro o las guíen en una situación difícil.
El culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con fecha de 1494.

¿Qué nos enseñan los ángeles?

A glorificar al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y de ininterrumpida alabanza.

A cumplir con exactitud y prontamente todas las órdenes que reciben del Señor. A cumplir con la voluntad de Dios sin discutir sus órdenes ni aplazando el cumplimiento de éstas

A servir al prójimo. Están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las diversas circunstancias que se nos presentan a lo largo de la vida. Esto nos debe animar a servir generosamente a nuestros hermanos y a compartir con ellos penas y alegrías y los dones que nos ha dado Dios.

Nota acerca de los demonios o ángeles caídos.

Dios creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de gracia, pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por su malicia y soberbia, se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por sentirse seres superiores y así rechazaron eternamente a Dios con un acto inteligente y libre de su parte..
Luzbel, llamado Lucifer, Diablo o Satán y los ángeles rebeldes que le siguieron, convertidos en demonios, fueron arrojados del Cielo y fueron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca más podrán ver a Dios. No cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y reales.
Lucifer es el enemigo de Dios, a quien Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”. Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que lo amen y que alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para poder llegar al cielo.

Los demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en un principio, subordinados los inferiores a los superiores.
Satanás y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos, disfrazan el mal de bien.

¿Es “obligatorio” creer en los ángeles?

Como se ha mostrado anteriormente, toda la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la existencia y la acción de los ángeles.
Además del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo cristiano.
La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los ángeles.
En el Concilio IV de Letrán, en 1215, debido al dualismo que existía en la Edad Media, se explicó que Dios es creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las corporales, y que a unas y a otras las creó de la nada.

En 1870, debido al materialismo y racionalismo que existía en esa época, el Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los ángeles.
Pablo VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968 al formular el “Credo del Pueblo de Dios”.
En la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969 quedó establecido el día 29 de septiembre para recordar a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel y el día 2 de Octubre como el día para memoria de los ángeles custodios.

¿Por qué dedicar dos días del año litúrgico a los ángeles?

Es muy fácil que nos olvidemos de la existencia de los ángeles por el ajetreo de la vida y principalmente porque no los vemos. Este olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para nosotros a través de los ángeles. Por esta razón, la Iglesia ha fijado estas dos festividades para que, al menos dos días del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos este día para pedir su ayuda.

Cuida tu fe

Actualmente se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este tema; se venden “angelitos” de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan al cuello y comentan su importancia y sus nombres. Hay que tener cuidado al comprar estos materiales, pues muchas veces dan a los ángeles atribuciones que no le corresponden y los elevan a un lugar de semi-dioses, los convierten en “amuletos” que hacen caer en la idolatría, o crean confusiones entre las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los ángeles.

Es verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios ni adorarlos como si fueran dioses. No son lo único que nos puede acercar a Dios ni podemos reducir toda la enseñanza de la Iglesia a éstos. No hay que olvidar los mandamientos de Dios, los mandamientos de la Iglesia, los sacramentos, la oración, y otros medios que nos ayudan a vivir cerca de Dios.
Los ángeles y las mentiras de la Nueva Era
Fuente: mercaba.org Autor: P. Daniel Gagnon, OMI

No se requiere mucho esfuerzo para darse cuenta que los ángeles están “muy de moda” hoy día. Los vemos mencionados en la música, el cine (“Tan lejos, tan cerca” y “Michael”), en series de televisión (“Camino al cielo”) y exposiciones artísticas que se especializan en ellos (p.e. Vicky Nigri cuyo ángel favorito es “Uriel” (nombre que no está en la Biblia).

Existen clubes de personas interesadas en compartir sus experiencias con ángeles y como comunicarse con ellos. Se pueden comprar en las tiendas de los “Malls”, por el correo y aun por el Internet todo tipo de adornos angelicales y hasta altares completos para su casa. En los puestos de periódicos y librerías encontramos muchos artículos sobre los ángeles en las revistas de la N.A.

En algunos países hay revistas especializadas sobre ellos. Hasta se puede conseguir catálogos de venta por correo de cosas de ángeles. Hay muchos centros de información que se especializan en este fenómeno.

Cada vez más escuchamos testimonios por radio y televisión de personas que han recibido visitas y mensajes de ángeles, y/o experimentado milagros, y hasta han sido salvados por ellos.

La Biblia

Antes de ofrecer nuestra reflexión sobre la enseñanza de la New Age en cuanto a los ángeles necesitamos saber qué es lo que dice la Biblia de ellos.

Encontramos la palabra “ángel” en 24 libros de la Biblia: 148 veces en el Antiguo Testamento y 74 en el nuevo, sin contar con otras maneras de hablar de ellos. Viene de la palabra griega: angelos, es decir “mensajero”. En al A.T. la palabra es Malak que probablemente significa “delgado” ó “embajador”.

Antiguo Testamento

En todas sus formas el Antiguo Testamento menciona a los ángeles más de trescientas veces y son llamados generalmente: Bene Elohim “hijos de Dios”, “ejercito del Señor”, “estrella de la mañana”, “querubines”, “varones”, “príncipes”, etc. Para el tiempo del Nuevo Testamento llegaron a ser llamados más como comúnmente como ángeles.

En el Antiguo Testamento la corte celestial de Dios fue entendida semejante a la corte de un rey en la tierra. Así estos “Concilios Divinos” fueron vistos por los profetas como Jeremías. También ver 1 Re 22,19-23.

En el A.T. “El Ángel del Señor” (Ángel de Yahvé) actuaba en forma a veces tan poderosa que se identifica con el mismo Dios. Hablar con el era hablar con Dios mismo, no siempre se distingue. (Ver Gen 16, 7 y 13; Ex 3,2-6)

La Biblia habla de diferentes tipos de ángeles: los querubines son los que sostienen el trono de Dios o guardan la entrada del Edén, los serafines, con sus seis alas, cantan la gloria de Dios (Sal 80,20; Is 6,2; Ez 10,1).

Los ángeles juegan diversos papeles: anuncian la destrucción de los enemigos de Dios, protegen al pueblo de Dios (Ex 14,19-20), e intervienen para dirigir la vida o las acciones de una persona (a Abrahám que vuelva a Sara, Gen 16,9). Ellos castigan (Gen 19,11) y perdonan pecados (Ex 23,21-21).

El Nuevo Testamento

En el N.T. también los ángeles desempeñan varias obras para Dios. Ellos aparecen y llevan mensajes a Zacarías, a María, a los pastores en Noche Buena y a José en el sueño. Anuncian la resurrección y explican la Ascensión de Jesús.

El N.T. les muestra alabando al Señor (Lc 2,13-14, Ap 5,8-14), pidiendo a Dios por nosotros (Ap 5,8; 8,3-4), atendiendo a Jesús y a los cristianos (Heb 1,14, Mt 4,6 y 11) y celebrando el arrepentimiento de un pecador (Lc 15,10). Los ángeles intervienen para rescatar a los apóstoles (Hch 5,19-20; 12,6-11), guían a Felipe (Hch 8,26), dice a Cornelio que busque a Pedro (Hch 10-11), informan a Pablo que llegara ala corte del Cesar (Hch 27,23-24), etc. Aparentemente no se casan (Lc 20,35-36).

Acompañaran a Cristo en su segunda venida (Mc 8,38; Mt 16,27; 2 Tes 1,7). Participaran en los acontecimientos apocalípticos del fin del mundo (Mt 13, 41-42) en el juicio final (Mt 24,31; 25,31).

Su adoración es estrictamente prohibida. Los ángeles se hacen visibles para confirmar su existencia y para demostrar que son servidores de Dios y aliados nuestros cuando hacemos la voluntad de Dios. Ellos vienen para ayudarnos, y cooperan con Dios en nuestra salvación están en la presencia de Dios, listos siempre para servirle: “oran, adoran, vigilan, cantan y alaban a Dios y pregonan sus perfecciones. Son, pues, mediadores, custodios, protectores, y ministros de la justicia divina”.

Los que llevan nombre

Gabriel, Miguel, Rafael

Gabriel: su nombre quiere decir “Fortaleza de Dios” (Dios es mi guerrero, héroe, Dn 8, 16, 9,21). Gabriel ayuda al profeta Daniel a entender la última revelación dada por Dios a Israel. Ayuda también a jeremías (25,11-12; 29,10) a entender que la revelación de la “caída” de babilonia en 70 años trata sobre todo de la venida del reino de Dios después de 70 más 7 años. Es Gabriel que aparece a Zacarías y a María.

Miguel: significa “Quien como Dios” y es mencionado en varios lugares del Antiguo y Nuevo Testamento: Dn 10,13 y 21; 12, 1; Jud 9; Ap 12,7. El protege y defiende a Israel y Miguel en luchar contra el dragón (=Satanás) en Ap 12,9 donde defiende al nuevo Israel: “La Iglesia de Cristo”. En judas 9 es llamado arcángel.

Rafael: quiere decir “Medicina de Dios” (Dios sana), y encontramos a el en el libro de Tobías (5,4; 5). Como su nombre indica, Rafaela restaura la vista de Tobías, protege a Tobías en su viaje y le ayuda a encontrar su futura esposa.

La Biblia también habla de los ángeles de la Guarda. Deuteronomio 32, 8 dice que Dios asigna un ángel para cada país. Ellos guardan a los individuos (Mt 18,10) y a comunidades enteras (Ap 1-3). (Ver Ex 23,23; Sal 91,11; Tob 5, y 12,12)

Los ángeles de la guarda están constantemente a nuestro lado, no se separan de nosotros ni un momento, aun cuando estamos durmiendo; y no nos ayuden solo cuando los necesitamos si no siempre están para protegernos. Para que nuestra relación con nuestro ángel de la guarda sea mas intima debemos tratarlo, llamarle, hablar con el, y debemos agradecer a Dios por este compañero y protector que es una manifestación de su divina providencia. Como aconsejo el Papa Juan XXIII, recordar que tenemos un ángel que nos quiere y nos protege debe darnos mucha alegría (9 de agosto de 1961).

Cristo es su creador

En el judaísmo antiguo había mucha especulación en cuanto a los ángeles y demasiada preocupación con ellos. Algunos los adoraban.

Para los cristianos, el intermediario entre Dios y nosotros no son ángeles si no Cristo mismo. Es sobre el que los ángeles ascienden y descienden (Jn 1,51). Los ángeles anunciaron el nacimiento del Salvador (Lc 2,8-14). No son el Salvador.

Los cristianos disminuyeron la cantidad de especulación y enfoque. Dijimos que el N.T. prohíbe su adoración (Ap 19, 10, 22,8-9, Col 2,18). San pablo nos hace recordar que son solamente criaturas (Col 1,16) y que Cristo es el centro de nuestra fe. El esta encima de ellos (Heb 1,4-6; Ef 1,21). Los ángeles le adoran a él (Heb 1.6, Ef 1,22-23).

La doctrina de la Iglesia enseña que los ángeles son criaturas invisibles, personas finitas que no se ajustan al ámbito de los sentidos. Son espíritus dotados de inteligencia y voluntad en estado puro que relacionan con el mundo material. Por su naturaleza, los ángeles son superiores a todas las demás criaturas, incluso los hombres, y poseen un intelecto, voluntad y poder superior (2 Ped 2,12). Entienden las cosas de manera completamente distinta a los hombres. Sin sus limitaciones materiales que los hombres tienen, ellos captan la verdad total y completa de un asunto, viendo su principio, y todas las consecuencias y aspectos al mismo tiempo. A pesar de esto no son omnipotentes como lo es Dios. Su poder y conocimiento tienen limites (ver Dan 10,13; Mt 24,36; 1 Ped 1,12).

En cuanto a su naturaleza, los ángeles son espíritus, son llamados “ángeles” por su FUNCIÓN. No son iguales a los espíritus de los difuntos (los santos). Ellos anteriormente eran hombres de carne y hueso. Al contrario, un ángel jamás fue un hombre.

Quizás sea difícil imaginar tal ser sin un cuerpo. Por eso los representamos como estatuas por que nosotros somos encarnados y nuestra imaginación se basa en cosas materiales.

¿Cuantos ángeles son?

En los evangelios se habla de miríadas y miríadas, pero sin número exacto. Como dijimos, es dogma de fe que los ángeles existen y que algunos protejan a naciones y a grupos.

Distintos autores de la Iglesia han hablado de los “coros angelicales” (las jerarquías) mencionados en la Biblia, pero sin que se puedan señalar las diferencias entre unos y otros. El primero que catalogo estas jerarquías era (pseudo) Dionisio Areopagita (del siglo V).

Además de los “ángeles” y “Arcángeles” ya mencionados, encontramos:

“Serafines”, los que arden con el amor (Is 6,2-6) y guardan la entrada al paraíso (Gen 3,24).

“Querubines”, la figuras que Dios manda adornar el arca (Ex 25,18) y el templo de salomón (1 Rey 6,29-39).

“Virtudes”, Rom 8,38; 1 Co 15,24

“Potestades”, 1Cor 15,24; Ef 1,21

“Principados”, Rom 8,38; 1 Co 15,24

“Dominaciones”, Ef 1,21; Col 1,16.

“Tronos”, Col 1,16.

La Iglesia no ha definido exactamente en cuanto a las teorías sobre la jerarquía, es decir no es dogma de fe saber el orden de ellas ni cual ángel está en una jerarquía más “alta”, o cual es su función exactamente.

La «New Age»

La New Age (Nueva Era) ofrece una angelología radicalmente diferente ala doctrina Bíblica Católica. Vemos esto claramente cuando salió a la venta en mayo de 1996 el primer tomo de Los grandes temas del Esoterismo llamado: “los ángeles, hijos de Dios y hermanos del hombre”. Para el cristiano, no hay nada tan distinto, tan opuesto a su fe que el esoterismo mezclado con los ángeles de Dios. Otro ejemplo típico, esta en el libro “ángeles” del ya fallecido teósofo C. W. Leadbeater donde promueve la creencia en los ángeles, y a la vez la reencarnación y viajes fuera del cuerpo.

A continuación unos ejemplos de cómo algunos autores de la New Age presentan a los ángeles (resaltemos de antemano que todas las teorías presentadas en estos ejemplos son totalmente erráneas y anti cristianas).

El ángel de la guarda al que se refieren las religiones es la propia chispa de luz que cada hombre lleva consigo y que debe guiarle siempre en su vida. Cada persona tiene un gran ángel interior y comunicarse con el es comunicarse consigo mismo, con sus posibilidades y sus deseos de crecer espiritualmente. Ese ángel interior CRECERÁ mientras busquemos expandir nuestra conciencia… “(Leonor Alazraki en Jarque y Rivas, p. 98 Énfasis mío). Ella distingue entre ángeles interiores y los mensajeros exteriores de Dios.

La New Age es casi politeísta en su entendimiento de ellos: Dice Jarque y Rivas (apéndice dos) que los ángeles no solamente tiene países bajo su protección si no que también ciertos ángeles se encargan de los meses (p.e Gabriel es Enero, “Barchiel”, Febrero, “Uriel” es Septiembre) días de la semana (Gabriel es lunes, Miguel es Miércoles), y aun ¡los doce signos del Zodiaco (Tauro es “Amodel”, Libra es “Uriel” y Acuario es “Gabriel”)!

“Los ángeles atraen la suerte, dan suerte, son la suerte. Nadie que este rodeado de ángeles podrá tener mala suerte…” (Cruz, p.10).

Otros autores dicen que los ángeles son como extraterrestres (ovnis) (ver Genn williston “UFO’s and Ángels”). En la revista “Angel times” (Tiempos de Ángeles, aug/sep, 1996) el autor Michele Gold (“Ángels of the Sea”) escribe que “las delfinas y las ballenas son ángeles del mar”. Su gurú dice que las delfinas nos están enseñando el amor sin condiciones.

Métodos anticristianos para establecer comunicación con los ángeles

Comunicarse con los ángeles es parte del fenómeno de la Nueva Era Si uno necesita consejo sobre algo en la vida, ¿Por qué no preguntar a tu ángel de la guarda? ¿Quién te conoce mejor?

H.C. Moolenburgh, un médico holandés, dice que podemos comunicarnos con los ángeles a través del autocontrol y la meditación además del sueño y la oración. Los autores dicen que tenemos que orar con la actitud de que lo que pedimos es un hecho ya.

Para la New Age, la persona vacía la mente para conseguir una conciencia alterada, un estado como de trance para “comunicarse” con un ángel. Hasta se puede repetir la palabra “ángel” como mantra para este fin. La médium-canalizadora (“channeler” en ingles), pata Rodegast ha estado recibiendo mensajes de “un ángel” llamado Emmanuel desde que ella comenzó a practicar la Meditación Trascendental de Maharishi hace más de treinta años. “Emmanuel” enseña la reencarnación. Se supone que anteriormente era un hombre “muy rico” que se evoluciono a un ángel en el año 1500 D.C. “yo soy tú, sin tu miedo” dice Emmanuel… Es monismo.

Otra manera de ponerse en contacto con los ángeles -según la Nueva Era- es por la visualización (o la imaginación guiada). En esta la persona imagina algo para que le ayude a alternar la conciencia por ejemplo: “En ojo de la mente imagina una calle. Imagínate caminando por ella. Llegas a un lugar de mucha paz y tranquilidad. Allí están los ángeles. Una vez que has llegado allá saluda a los espíritus”.

(Insistimos todas estas teorías son totalmente anticristianas. los cristianos sabemos que el único medio de comunicación con los ángeles es la oración)

Los Falsos Cristales Angelicales

Según la Nueva Era también se pueden utilizar cristales y gemas para comunicarse con los ángeles. Existe lo que la New Age llama “cristales querúbicos”. Son cristales que uno activa durante la meditación y luego son “cargados” de energía por los mismos ángeles. Uno toma el cristal en ambas manos, pide en voz alta para que el poder y la sabiduría de los querubines pase por uno y llegue al cristal para que este pueda ser cargado por las vibraciones de los querubines. Tiene su poder. Catalina Tapia habla de utilizar piedras de estaño y cobre para invocar a los “Ángeles Mágicos” que son “Dagiel, Abriel, Uriel, Verechiel y Uriel”.

Se puede ser contacto con los ángeles por medio de coordinar los colores de la ropa. Por ejemplo a los ángeles de la guarda les gustan los colores de tinta rosa, a los ángeles de sanación les gusta azules fuertes, a los serafines les gusta el rojo. Al arcángel Miguel le gusta los verdes, oro y rosa, y a Gabriel los colores cafés y beige. Para atraerlos hay que vestirse según su color favorito.

Otra manera de comunicarse con los ángeles es escribiéndoles cartas. Se comienza la carta saludando a un ángel de la guarda, y luego se deja que las palabras “salgan” por si misma. Y si quieres que los ángeles te escriban, toma una pluma o el teclado de la computadora y “rinde tu mente al mundo angélico”, dejando las palabras fluir por si mismo. (Con tal de que tu mente sea pura). Es un tipo de escritura automática común en el espiritismo especialmente.

La creencia de la N.A. es que todos los Ángeles son suaves. Pero la Biblia dice que esto no es verdad. Según la Biblia existe dos formas en el cual aparecen los ángeles: Vienen como seres gloriosos como los que se les aparecieron a los pastores en Noche buena y más como los que se aparecieron a Isaías (Cap. 6). También aparecen como seres humanos (Gn 18). Pero para la N.A. los ángeles aparecen como intuiciones, luces encima del agua, en nubes, en el arco-iris, y hasta en aves, cuando uno esta leyendo un libro y una brisa hace voltear la página para que los ojos se concentren en una frase. Pueden comunicarse por medio de palabras de una canción por la radio. En fin son todas experiencias subjetivas.

La Biblia nos recuerda que no todas las experiencias con los ángeles son verdaderas. Pablo dice que el diablo se disfraza como ángel de luz (2 Cor 11,14).

Y a Timoteo escribió que: El espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos se apartaran de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que viene de los demonios (1 Tim 4,1).

La misma autora esotérica, Catalina Tapia advierte: “Antes de trabajar con seres de luz, ángeles y entidades Superiores, debemos tomar conciencia de que es abrir nuestro corazón… debemos saber cuales son los riesgos y por que crisis espirituales podemos atravesar y que obstáculos se nos van a presentar antes de poder contactar a esas entidades luminosas” (p. 38. Énfasis mío).

Conclusión

Yo, como católico creo firmemente en la existencia de los ángeles. Creo que es bueno orarles para que nos ayuden. Jesús mismo fue servido por ellos en el desierto (Mt 4,11) y en su agonía (Lc 22,43). Lo que la Iglesia advierte es que no hagamos demasiada especulación en cuanto a ellos. Basta por ejemplo con que nuestro ángel de la guarda nos haga recordar la Providencia de Dios que nos cuida aun mucho más que a las aves del cielo (Mt 6,26). Y, por supuesto jamás puede el cristiano creer, y aun menos practicar el esoterismo.

Dios creo a los ángeles para hacer su voluntad. Quizá no actúan en manera tan espectacular como en la Biblia pero siguen haciendo su voluntad. Dios nos quiere proteger por medio de nuestro ángel de la guarda y nos defiende del mal por la oración a San Miguel Arcángel. Le damos gracias por habernos dado estos hermanos espirituales para ayudarnos a llegar con ellos al cielo y, así gozar eternamente en la presencia del Padre.

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