LAS RUINAS :
Hace algunos días estuve mirando unas fotos antiguas de mi cuidad natal, Santo Domingo, en la Republica Dominicana.
Fotos de décadas diferentes, así que se ve como va cambiando la ciudad. Pero un edificio se repetía en varias épocas de la creciente urbe. Un edificio sin terminar que se encuentra en la zona de el malecón. Desde que tengo memoria esta construcción está abandonada por problemas en el terreno. Al parecer hay que volver a desbaratarla para iniciar nuevamente el edificio. Pero imagino que es una fuerte decisión, porque es perder tiempo y dinero.
Cuando sufres una fuerte decepción piensas que no podrás sobrellevarla; no comes, no duermes, sientes que se destroza el corazón y crees que tu mundo se derrumbó. De pronto, ves a tu precioso edificio convertirse en una empolvada ruina… Se te ocurre acudir a soluciones artificiales que, en vez de arreglar las cosas, empeoran tu estado y tu vida. Comienzas a preguntarte ¿por qué a mi?, ¿por que otra vez? La tristeza inunda tu mente con las grandes olas de la duda y la desesperación.
Si quieres mejorar, lo primero que debes hacer es negarte a pensar en tu desgracia y comenzar a elaborar una lista de tus bendiciones. Aquellas cosas porque dar gracias a Dios el día de hoy. Conocer cuales son tus necesidades naturales y espirituales, para empezar a sanar tu corazón y sacar adelante tu vida.
No te quedes mirando las ruinas. Hoy es lunes, limpia tu campo para que comiences una nueva construcción, más firme y más hermosa. Acude al mejor arquitecto. Aquel que te creo y sabe cuales son tus necesidades. Dale gracias por las bendiciones que hoy tienes y confiado preséntale tus necesidades en el nombre de Jesús.
“Cualquier cosa que ustedes pidan al padre en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:13)