HISTORIA DE LA JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD.
Jornadas Mundiales
En 1984 fue celebrado en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Encuentro Internacional de la Juventud con el papa Juan Pablo II, en ocasión Del Año Santo de la Redención. En la ocasión, el Papa entrego a los jóvenes la Cruz que se transformaría en uno de los principales símbolos de la JMJ, conocida como Cruz de la Jornada.
El año 1985 fue declarado Año Internacional de la Juventud por las Naciones Unidas. En marzo hubo otro encuentro internacional de jóvenes en el Vaticano y el mismo año el Papa anunció la institución de la Jornada Mundial de la Juventud.
La JMJ se lleva a cabo todos los años en el ámbito diocesano, celebrada en el domingo de ramos, y con intervalos que pueden variar de entre dos o tres años, en donde se realizan los grandes encuentros internacionales.
LEMA: «Id y haced discípulos a todas las naciones» (Mt 28, 19).
El lema de la JMJ Río2013 convoca a los jóvenes de Brasil y del mundo entero a asumir el llamado hacia la misión, a ser testigos vivos de Cristo Resucitado.
Tomado de la parte final del Evangelio de San Mateo, el lema tiene como contexto la Resurrección de Cristo. Los discípulos, quienes hasta ese momento se encontraban atemorizados y encerrados con miedo de los judíos, se encuentran con el Cristo, vencedor de la muerte.
El encuentro con el Resucitado impulsa a todos a vivir este mandato. ¡María Magdalena ve el sepulcro vacío y testifica! ¡Pedro y Juan ven las vendas y la sábana, creen y testifican! ¡Los discípulos de Emaús reconocen a Cristo al partir el Pan y testifican que Cristo vive!
Y es en ese contexto que Cristo da el mandato: ¡Id! ¡Id porque Él está vivo y camina delante de sus amigos! ¡Id porque Cristo es vencedor y permanece con cada miembro de la Iglesia! ¡Id a anunciar la Resurrección!
Es esto lo que intenta generar el lema de la JMJ Río2013 en el corazón de cada joven peregrino. Motiva a que cada peregrino deje que la luz de Cristo Resucitado disipe las tinieblas del miedo y de las dudas que paralizan. Estimula a que los jóvenes sean misioneros aún en situaciones de conflicto, en países donde los cristianos son perseguidos, en medio a un mundo secularizado que no quiere vivir los valores cristianos.
Por lo tanto, éste es un mandato de la Iglesia a la juventud católica. ¡Id, jóvenes misioneros que confiáis en el Magisterio de la Iglesia y que apoyáis vuestra fe en la liturgia y en la vida comunitaria! ¡Id y evangelizad con vuestros dones personales! ¡Id y fundamentad vuestra fe con respuestas y justificaciones sobre temas que afligen al mundo actual! ¡Id y testificad la alegría del encuentro con el Cristo Resucitado en la JMJ Río2013!
SÍMBOLOS DE LA JORNADA
LA CRUZ:
La cruz de la JMJ quedó conocida con diferentes nombres: Cruz del Año Santo, Cruz del Jubileo, Cruz de la JMJ, Cruz Peregrina, y muchos la llaman Cruz de los Jóvenes porque ella fue entregada por el Papa Juan Pablo II a los jóvenes para que éstos la llevasen por todo el mundo, a todo los lugares y todo el tiempo.
La cruz de madera de 3,8 metros fue construida y colocada como símbolo de la fe católica, cerca del altar principal en la Basílica de San Pedro durante el Año Santo de la Redención (desde la Semana Santa de 1983 hasta la Semana Santa de 1984). Al finalizar aquel año, después de cerrar la Puerta Santa, el Papa Juan Pablo II dio esa cruz como un símbolo del amor de Cristo por la humanidad.
Quienes la recibieron, en nombre de toda la juventud, fueron los jóvenes del Centro Juvenil Internacional San Lorenzo, en Roma). Éstas fueron las palabras del Papa en aquella oportunidad: «Mis queridos jóvenes, al concluir el Año Santo, yo les confío a ustedes el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llévenla por el mundo como una señal, como un símbolo del amor de Cristo por la humanidad, y anuncien a todos que solamente en la muerte y en la resurrección de Cristo podemos encontrar la salvación y la redención» (Su Santidad Juan Pablo II, Roma, 22 de abril de 1984).
Los jóvenes acogieron el deseo del Santo Padre. Desde 1984, la cruz de la JMJ peregrinó por el mundo, a través de Europa, más allá de la Cortina de Hierro, y hacia pueblos y localidades de las Américas, Asia, África y Australia, estando presente en cada celebración internacional de la Jornada Mundial de la Juventud. En 1994, la cruz comenzó un compromiso que, desde entonces, se convirtió en una tradición: su jornada anual por la diócesis del país sede de cada JMJ internacional, como un medio de preparación espiritual para el gran evento.
EL ICONO DE NUESTRA SEÑORA:
En 2003, el Papa Juan Pablo II dio a los jóvenes un segundo símbolo de fe para ser llevado por el mundo, acompañando la cruz de la JMJ: el ícono de Nuestra Señora «Salus Populi Romani» una copia contemporánea de un antiguo y sagrado ícono encontrado en la primera y más grande basílica consagrada a María, la Madre de Dios en Occidente, Santa María la Mayor. «Hoy yo les confío a ustedes… el ícono de María. De ahora en adelante, él acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud, junto a la cruz.
¡Contemplen a Su Madre! Él será una señal, un signo de la presencia materna de María cercana a los jóvenes que son llamados, como el apóstol Juan, a acogerla en sus vidas» (Roma, 18ª Jornada Mundial de la Juventud, 2003).
ORACIÓN OFICIAL DE LA JMJ.
¡Oh Padre! enviaste a Tu Hijo Eterno para salvar el mundo y elegiste hombres y mujeres para que, por Él, con Él y en Él proclamaran la Buena Noticia a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que brille en el rostro de todos los jóvenes la alegría de ser, por la fuerza del Espíritu, los evangelizadores que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.
¡Oh Cristo! Redentor de la humanidad, Tu imagen de brazos abiertos en la cumbre del Corcovado acoge a todos los pueblos. En Tu ofrecimiento pascual, nos condujiste por medio del Espíritu Santo al encuentro filial con el Padre. Los jóvenes, que se alimentan de la Eucaristía, Te oyen en la Palabra y Te encuentran en el hermano, necesitan Tu infinita misericordia para recorrer los caminos del mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización.
¡Oh Espíritu Santo! Amor del Padre y del Hijo, con el esplendor de Tu Verdad y con el fuego de Tu amor, envía Tu Luz sobre todos los jóvenes para que, impulsados por la Jornada Mundial de la Juventud, lleven a los cuatros rincones del mundo la fe, la esperanza y la caridad, convirtiéndose en grandes constructores de la cultura de la vida y de la paz y los protagonistas de un nuevo mundo.
¡Amén!