La Santa Sede dio a conocer hoy elMensaje del Papa Francisco a los jóvenes para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014 (JMJ), que se celebra el Domingo de Ramos en Roma. En el texto el Santo Padre señala que “después de su canonización, que es un acontecimiento que llena nuestro corazón de alegría¨, el Pontífice polaco será el gran patrono de las JMJ, de las que fue iniciador y promotor.
En este primer mensaje que el Papa Francisco dirige a los jóvenes por las JMJ, ilustra sobre los temas de las tres próximas Jornadas, dando inicio al itinerario de preparación espiritual que, a lo largo de tres años, guiará a la celebración internacional en Cracovia, en julio de 2016. La primera JMJ se celebró en Buenos Aires en 1987 con la presencia de Juan Pablo II.
El tema de este primer mensajes es “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. Los temas de las tres próximas JMJ, tomados de las Bienaventuranzas del Evangelio, muestran cómo el Santo Padre considere este pasaje del Evangelio de Mateo un punto de referencia central para la vida de los cristianos, llamados a hacer de él un concreto programa de vida.
En este mensaje, el Papa recuerda “el extraordinario encuentro que vivimos en Río de Janeiro, en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud. ¡Fue una gran fiesta de la fe y de la fraternidad! La buena gente brasileña nos acogió con los brazos abiertos, como la imagen de Cristo Redentor que desde lo alto del Corcovado domina el magnífico panorama de la playa de Copacabana”.
“A orillas del mar, Jesús renovó su llamada a cada uno de nosotros para que nos convirtamos en sus discípulos misioneros, lo descubramos como el tesoro más precioso de nuestra vida y compartamos esta riqueza con los demás, los que están cerca y los que están lejos, hasta las extremas periferias geográficas y existenciales de nuestro tiempo”.
El Santo Padre recuerda a los jóvenes que Jesús mismo mostró el camino que debemos seguir, encarnando las Bienaventuranzas en toda la vida. Vivir las Bienaventuranzas hoy es para los jóvenes un verdadero desafío al seguir a Cristo, yendo contracorriente y testimoniando su novedad revolucionaria.
Puesto que no es posible ser cristianos y tener una idea “en pequeño” de la vida, el Papa exhorta a los jóvenes a que rechacen toda oferta de felicidad “a bajo precio”, a encontrar el “valor de la felicidad” auténtica que sólo Dios puede dar.
El Papa Francisco explica a los jóvenes lo que significa ser pobres de espíritu, entrando en la parte esencial del tema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Jesús mismo eligió un camino de humillación y de pobreza, y el Papa dirige a los jóvenes la invitación insistente de imitarle, indicándoles el ejemplo de San Francisco de Asís. Por ello, los jóvenes cristianos están llamados a la conversión, a abrazar un estilo de vida evangélico marcado por la sobriedad, la búsqueda de lo esencial y la solidaridad concreta en relación a los pobres.
Los pobres son, así explica el Papa, por un lado “la carne que sufre” de Cristo, que todos estamos llamados a tocar personalmente, pero por otro lado podemos convertirnos en verdaderos maestros de vida, pues podemos ofrecer tanto a nivel humano y espiritual.
El Papa subraya a continuación el profundo vínculo entre el tema de la JMJ de Río: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” y las Bienaventuranzas de los pobres de espíritu. De hecho, el Papa Francisco explica que, “la pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda”, pues a menudo es de los corazones más sencillos de donde brota la auténtica alegría, que es el motor mismo de la evangelización.
El Santo Padre recuerda, por último, el trigésimo aniversario de la entrega de la Cruz del Jubileo de la Redención a los jóvenes, que se celebrará el próximo 22 de abril.
“Precisamente a partir de ese acto simbólico de Juan Pablo II comenzó la gran peregrinación juvenil que, desde entonces, continúa a través de los cinco continentes”. Y el papa Francisco anuncia a los jóvenes que, después de su canonización, que es un “acontecimiento que llena nuestro corazón de alegría”, Juan Pablo II “será el gran patrono de las JMJ, de las que fue iniciador y promotor”.