domingo, noviembre 9, 2025
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El Papa Francisco nombrará a Juan Pablo II patrono de las Jornadas Mundiales de la Juventud

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La Santa Sede dio a conocer hoy elMensaje del Papa Francisco a los jóvenes para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014 (JMJ), que se celebra el Domingo de Ramos en Roma. En el texto el Santo Padre señala que “después de su canonización, que es un acontecimiento que llena nuestro corazón de alegría¨, el Pontífice polaco será el gran patrono de las JMJ, de las que fue iniciador y promotor.

En este primer mensaje que el Papa Francisco dirige a los jóvenes por las JMJ, ilustra sobre los temas de las tres próximas Jornadas, dando inicio al itinerario de preparación espiritual que, a lo largo de tres años, guiará a la celebración internacional en Cracovia, en julio de 2016. La primera JMJ se celebró en Buenos Aires en 1987 con la presencia de Juan Pablo II.

El tema de este primer mensajes es “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. Los temas de las tres próximas JMJ, tomados de las Bienaventuranzas del Evangelio, muestran cómo el Santo Padre considere este pasaje del Evangelio de Mateo un punto de referencia central para la vida de los cristianos, llamados a hacer de él un concreto programa de vida.

En este mensaje, el Papa recuerda “el extraordinario encuentro que vivimos en Río de Janeiro, en la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud. ¡Fue una gran fiesta de la fe y de la fraternidad! La buena gente brasileña nos acogió con los brazos abiertos, como la imagen de Cristo Redentor que desde lo alto del Corcovado domina el magnífico panorama de la playa de Copacabana”.

“A orillas del mar, Jesús renovó su llamada a cada uno de nosotros para que nos convirtamos en sus discípulos misioneros, lo descubramos como el tesoro más precioso de nuestra vida y compartamos esta riqueza con los demás, los que están cerca y los que están lejos, hasta las extremas periferias geográficas y existenciales de nuestro tiempo”.

El Santo Padre recuerda a los jóvenes que Jesús mismo mostró el camino que debemos seguir, encarnando las Bienaventuranzas en toda la vida. Vivir las Bienaventuranzas hoy es para los jóvenes un verdadero desafío al seguir a Cristo, yendo contracorriente y testimoniando su novedad revolucionaria.

Puesto que no es posible ser cristianos y tener una idea “en pequeño” de la vida, el Papa exhorta a los jóvenes a que rechacen toda oferta de felicidad “a bajo precio”, a encontrar el “valor de la felicidad” auténtica que sólo Dios puede dar.

El Papa Francisco explica a los jóvenes lo que significa ser pobres de espíritu, entrando en la parte esencial del tema de la próxima Jornada Mundial de la Juventud. Jesús mismo eligió un camino de humillación y de pobreza, y el Papa dirige a los jóvenes la invitación insistente de imitarle, indicándoles el ejemplo de San Francisco de Asís. Por ello, los jóvenes cristianos están llamados a la conversión, a abrazar un estilo de vida evangélico marcado por la sobriedad, la búsqueda de lo esencial y la solidaridad concreta en relación a los pobres.

Los pobres son, así explica el Papa, por un lado “la carne que sufre” de Cristo, que todos estamos llamados a tocar personalmente, pero por otro lado podemos convertirnos en verdaderos maestros de vida, pues podemos ofrecer tanto a nivel humano y espiritual.

El Papa subraya a continuación el profundo vínculo entre el tema de la JMJ de Río: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” y las Bienaventuranzas de los pobres de espíritu. De hecho, el Papa Francisco explica que, “la pobreza evangélica es una condición fundamental para que el Reino de Dios se difunda”, pues a menudo es de los corazones más sencillos de donde brota la auténtica alegría, que es el motor mismo de la evangelización.

El Santo Padre recuerda, por último, el trigésimo aniversario de la entrega de la Cruz del Jubileo de la Redención a los jóvenes, que se celebrará el próximo 22 de abril.

“Precisamente a partir de ese acto simbólico de Juan Pablo II comenzó la gran peregrinación juvenil que, desde entonces, continúa a través de los cinco continentes”. Y el papa Francisco anuncia a los jóvenes que, después de su canonización, que es un “acontecimiento que llena nuestro corazón de alegría”, Juan Pablo II “será el gran patrono de las JMJ, de las que fue iniciador y promotor”.

LA EUTANASIA

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QUE ES LA EUTANASIA?

La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimientos. El concepto está asociado a la muerte sin sufrimiento físico.

Los médicos son los responsables de ejecutar la eutanasia, por lo general con el apoyo de los familiares del enfermo en cuestión. Hay casos, sin embargo, donde el enfermo se encuentra en condiciones de elegir sobre su propio cuerpo y solicita la aplicación de la eutanasia. Esta práctica, sin embargo, está prohibida en la mayoría de los países.

¿Qué dice exactamente la encíclica Evangelium Vitae sobre la eutanasia?

La encíclica afirma que «la eutanasia es una grave violación de la ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de la persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio» (n. 65).

¿Por qué la Iglesia condena la eutanasia si muchas veces parece una medida de solidaridad hacia los enfermos que sufren sin remedio y están sometidos a tratamientos inhumanos?

La encíclica aborda este problema cuando se refiere al ensañamiento terapéutico. Afirma que la eutanasia debe distinguirse de la «decisión de renunciar al ensaña miento terapéutico, o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo, por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar o, bien, por ser demasiado gravosas para él o su familia. En estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable, se puede en conciencia renunciar a unos tratamientos que procurarían únicamente una prolongación precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares. Ciertamente, existe la obligación de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las circunstancias concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante la muerte» (n. 65).

¿Dice algo la encíclica Evangelium Vitae acerca de las personas que colaboran con la eutanasia?

La encíclica emplea palabras muy claras para referirse a las diversas formas de colaboración con la eutanasia. Dice textualmente:

“Compartir la intención suicida de otro y ayudarle a realizarla mediante el llamado “suicidio asistido” significa hacerse colaborador, y algunas veces autor en primera persona, de una injusticia que nunca tiene justificación, ni siquiera cuando es solicitada. “No es lícito -escribe con sorprendente actualidad San Agustín- matar a otro, aunque éste lo pida y lo quiera y no pueda ya vivir… para librar, con un golpe, el alma de aquellos dolores, que luchaba contra las ligaduras del cuerpo y quería desasirse”. La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante “perversión” de la misma. En efecto, la verdadera “compasión” hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar”.

¿Cuáles deben ser, según la encíclica, las actitudes del cristiano ante el sufrimiento y la muerte?

La encíclica nos dice que, frente a la cultura de la muerte, “bien diverso es, en cambio, el camino del amor y de la verdadera piedad, al que nos obliga nuestra común condición humana y que la fe en Cristo Redentor, muerto y resucitado, ilumina con nuevo sentido. El deseo que brota del corazón del hombre ante el supremo encuentro con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de caer en la desesperación y casi de abatirse en ella, es sobre todo aspiración de compañía, de solidaridad y de apoyo en la prueba. Es petición de ayuda para seguir esperando, cuando todas las esperanzas humanas se desvanecen“ (n. 67).

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA

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Jesús nos ha advertido muchas veces que debemos ser personas de fe, y que la fe es la llave que abre todos los tesoros de su Corazón.

En el Evangelio nos va a decir lo mismo, pero de una manera del todo inesperada. Diríamos que lo va a hacer presentándonos un cuadro a contra luz.

Quiere llevar el mensaje de la salvación a un puesto muy querido –¡y tan querido, como es su pueblo de Nazaret!–, pero la incredulidad de sus paisanos va a cerrar todas las puertas a la generosidad de ese su Corazón, tan delicado y sensible.

Jesús llegó a Nazaret acompañado de sus discípulos. El carpintero de antes, el trabajador de los campos, el muchacho bueno y amigo de todos, viene ahora como una persona importante, pues su enseñanza, sus milagros, su fama por toda Palestina hacen de Él un personaje fuera de serie. Jesús, sin embargo, sigue tan humilde y sencillo como antes.

Al llegar el sábado se presenta en la sinagoga como lo había hecho siempre. Aunque ahora lo hace no para escuchar, sino para tomar la palabra y enseñar. Y lo hace tan bien, con tanta gracia y sabiduría, que todos se quedan pasmados.

Vienen entonces los comentarios obligados.
Para unos, este Jesús es algo extraordinario:
– ¿De dónde tanto conocimiento? ¡Pero, cómo domina la Escritura! Y esos milagros que dicen ha hecho en Cafarnaúm y en otras partes… Dios está seguramente con Él.

Otros, sin embargo, se escandalizan y siembran la cizaña entre el auditorio:
– Pero, ¿no es éste el carpintero, el hijo de María? ¿Y no están entre nosotros todos sus parientes? ¿Cómo le vamos a hacer caso?

Jesús se ve aquí como un signo de contradicción. Unos que sí, otros que no… Y con cara triste les asegura a sus paisanos:
– Un profeta no es despreciado sino en su patria, entre sus parientes y en su propia casa.

Así y todo, aún se dignó imponer la mano sobre algunos enfermos y curarlos, porque el corazón le traicionaba siempre. Pero también manifestó sus sentimientos íntimos:
– Me maravilla vuestra incredulidad. Quisiera haberos ayudado más, pero no puedo ante vuestra falta de fe…

Y no tuvo Jesús más remedio que asumir semejante fracaso y marcharse a predicar por los otros pueblos y aldeas.

Al leer este pasaje del Evangelio nos topamos con el problema de la incredulidad y del rechazo de Dios, que es un pecado tan frecuentemente denunciado en la Biblia.

Israel sintió siempre la tentación de volverse a los dioses de los paganos, dejando al Dios que los había sacado de Egipto. Rompían la alianza y se prostituían ante cualquier altar levantado en las colinas a los ídolos de los extranjeros. No escarmentaban con los castigos de Dios, castigos siempre amorosos para apartarlos de esos cultos idolátricos.

Ahora va a ser peor. Ahora rechazan a Dios que se les presenta en Jesucristo. A pesar de los milagros que hace, a pesar de su enseñanza tan bella, a pesar de todo, no creen en Jesús, se escandalizan de Él, y se lo echan bien lejos…

Todo esto, por sus apariencias humildes. Venían de decirse:
Que venga un Cristo fulgurante, y le haremos caso.
Que detenga el sol como Josué, y creeremos en Él.
Que eche bien lejos a los romanos, y lo aceptaremos.
Que someta las naciones de los gentiles a Israel, y entonces sabremos que es el Mesías, el que queremos y esperamos…

Esto pensaban y esto querían los dirigentes del pueblo.

Pero como Jesús no hacía nada de esto, y aseguraba que el Reino de Dios tan esperado era una cosa tan diferente, se vio rechazado como Mesías. Hasta que pudo decir Él mismo sobre la Jerusalén incrédula:
– ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina a sus polluelos bajos las alas, y tú no has querido!…

Esta podría ser nuestra situación, como pueblos y como personas. Pero Dios no quiera que nos suceda algo semejante. Podremos tener nuestras debilidades, colectivas como personales, pero eso de rechazar a Jesucristo, ¡no!…

La fe en Jesucristo y en su Iglesia no la perderemos. A veces se nos presentarán con apariencias humildes y exigentes, cuando nos hablen de puntos de la Ley de Dios que el mundo rechaza. Nosotros, con la gracia de Dios, queremos permanecer fieles y seremos dóciles al Magisterio de nuestros Pastores, que vienen y nos enseñan como enviados del mismo Dios.

¡Señor Jesucristo! Aunque hoy te ves rechazado por muchos, nosotros te acogemos como el Enviado de Dios y como el Salvador. Nuestra respuesta será siempre la de Pedro: -Señor, ¿a quien iremos sino a ti? Tú solo tienes palabras de vida eterna.

DÍA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD

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El 31 de enero de cada año se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Juventud, en honor a San Juan Bosco, el llamado Padre y Maestro de la Juventud, un santo que se dedicó completo al trabajo con los jóvenes de las calles y delincuentes de la Italia del Siglo XIX.

Don Bosco, a los dos años quedó huérfano de padre y tuvo que vivir en una situación de pobreza. Luego él se constituyó en padre de huérfanos y de muchos niños pobres y abandonados.  Toda su vida la dedicó a formar grandes familias de jóvenes. En 1988, Juan Pablo II lo proclamó Padre y Maestro de la Juventud.

Hoy Día Nacional de la Juventud es importante hacer un llamado a la población dominicana a prepararse, a ser ejemplo dentro de una sociedad donde prevalezcan los valores, donde expresen sus ideas, visiones y perspectivas de transformar nuestro país, en una nación donde los pensamientos positivos y creativos sean los que dominen el deseo de avance del pueblo.

La juventud significa una etapa donde el dinamismo, la energía y el colorido son los principales elementos que dominan. Feliz Día Nacional de la Juventud.

SANTO JUAN BOSCO

San Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815 en Castelnuovo de Asti, y recibió de su madre Margarita Occhiena una sólida educación cristiana y humana. Dotado de inteligencia, memoria, voluntad y agilidad física no comunes, desde niño fue seguido por sus coetáneos, a quienes organizaba juegos que interrumpía al toque de las campanas para llevarlos a la iglesia. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su programa, o mejor, su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupito que llevaba a jugar, a rezar y a menudo a comer con él. La incómoda y rumorosa compañía de Don Bosco (así se lo llamaba y se lo llama familiarmente) tenía que estar cambiando de lugar continuamente hasta que por fin encontró un lugar fijo bajo el cobertizo Pinardi, que fue la primera célula del Oratorio. Con la ayuda de mamá Margarita, sin medios materiales y entre la persistente hostilidad de muchos, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, una pensión con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. “La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo”.

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) y Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas). Fue un fecundísimo escritor popular, fundó escuelas tipográficas, revistas y editoriales para el incremento de la prensa católica, la “buena prensa”. Aunque ajeno a las luchas políticas, prestó su servicio como intermediario entre la Santa Sede, el gobierno italiano y la casa Saboya.

Fue un santo risueño y amable, se sentía “sacerdote en la casa del pobre; sacerdote en el palacio del Rey y de los Ministros”. Buen polemista contra la secta de los Valdeses, según la mentalidad del tiempo, nunca se avergonzó de sus amistades con los protestantes y los hebreos de buena voluntad: “Condenamos los errores, escribió en el “Católico”, pero respetamos siempre a las personas”. San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

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El Hombre polifacético

El hablar en lenguas es la facultad a la que el Espíritu Santo conduce a un creyente de hablar en idioma desconocido. Cristo prometió las lenguas como una señal que seguiría a la predicación del evangelio. Y que esta señal no es dada por el hombre ni es ganada por sus obras. 

HAY TRES REGISTROS PRINCIPALES EN LA BIBLIA, DONDE ESTA SEÑAL DE HABLAR EN OTRAS LENGUAS SE MANIFIESTA. En primer lugar, da como manifiesto LA LLEGADA DEL ESPIRITU SANTO  y en segundo lugar al CUMPLIMIENTO DE LA PROMESA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO; para todo aquel creyente.

Y estas señales seguirán á los que creyeren: En mi nombre echarán fuera demonios; hablaran nuevas lenguas; (Marcos 16:17)

Y como vió Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo, les ofreció dinero, Diciendo: Dadme también á mí esta potestad, que á cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo. Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero. No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega á Dios, si quizás te será perdonado el pensamiento de tu corazón. Porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás. Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, que ninguna cosa de estas que habéis dicho, venga sobre mí. (Hechos 8:18-24)

 

PRIMER REGISTRO EN EL DÍA DE PENTECOSTÉS:

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban; Y  APARECIERON UNAS LENGUAS  COMO DE FUEGO, que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron  llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran. Estaban de paso en Jerusalén judíos piadosos, llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo. Y entre el gentío que acudió al oír aquel ruido,  cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos quedaron muy desconcertados, y se decían llenos de estupor y admiración: Pero éstos ¿no son todos Galileos? ¡Y miren ómo hablan! Cada uno de nosotros  les oímos en nuestra propia lengua nativa. Entre nosotros hay partos, medos y elamitas,  habitantes de Mesopotamia, Judea,  Capadocia, del Ponto y Asia, de Frigia, Panfilia,  Egipto y de la parte de Libia que limita con Cirene. Hay forasteros que vienen de Roma, unos judíos y otros extranjeros, que aceptaron sus creencias,  Cretenses y Árabes. Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios. (Hechos 2:1-11)

 

En el día de pentecostés era necesario que los apóstoles supieran, sin lugar a dudas, que el Espíritu Santo en verdad había venido. Por eso les dio la señal de hablar en otras lenguas; y también para que los moradores de Jerusalén, que procedían de todas las naciones bajo el cielo oyeran en sus propias lenguas, las maravillas de Dios.

En esta ocasión la manifestación de la llegada del Espíritu Santo fue que se asentó en cada uno; lenguas humanas que existían de todas las naciones debajo del cielo, según como el Espíritu les daba. No se trataba de una traducción de lenguas, sino que ellos podían escuchar en sus propias lenguas las maravillas de Dios.

 

SEGUNDO REGISTRO EN LA CASA DE CORNELIO:

Todavía estaba hablando Pedro, cuando el spíritu Santo bajó sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los creyentes de origen judío, que habían venido con Pedro, quedaron atónitos: ¡Cómo! ¡Dios derrama y regala el Espíritu Santo también sobre los que no son judíos!  Y así era, PUES LES OÍAN HABLAR EN LENGUAS Y ALABAR A DIOS.. (Hech 10:44-46) Ver también (Hech. 11:1-18)

En este caso, los judíos no creían que el evangelio pudiera pertenecer también a los gentiles. Por eso cuando los gentiles recibieron a Cristo, hacía falta una señal que confirmara, ante los judíos, la capacidad de los gentiles de recibir al mismo Espíritu.

 

TERCER REGISTRO FUE EN EL CASO DE LOS DISCÍPULOS DE JUAN EL BAUTISTA EN ÉFESO:

 Y ACONTECIO que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, andadas las regiones superiores, vino á Éfeso, y hallando ciertos discípulos, Díjoles: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿Qué bautismo han recibido? Y ellos dijeron: El bautismo de Juan. Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, es á saber, en Jesús. Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; Y HABLABAN EN LENGUAS, y profetizaban. (Hechos 19:1-6) 

 Este tercer caso que sucedió con los Efesios, fue para hacerles saber que aunque habían sido bautizados por el bautismo de arrepentimiento, era necesario que recibieran el bautismo del Espíritu Santo. La señal de las lenguas les fue dada para confirmar que habían recibido al Espíritu Santo.

Para cada uno de estos tres casos hay razones específicas por las cuales el Espíritu Santo se manifestó dando como señal el hablar en otras lenguas.

 

¿CUÁL ES EL PROPÓSITO DEL DON DE LENGUAS?

El don de lenguas tiene varios propósitos:

1) SIRVE PARA EDIFICACIÓN, EXHORTACIÓN Y CONSOLACIÓN DE LA IGLESIA CUANDO SON INTERPRETADAS

2) SON TAMBIÉN UNA SEÑAL A LOS INCRÉDULOS. 

El que habla lengua extraña, a sí mismo se edifica; mas el que profetiza, edifica a la iglesia. (1 Corintios 14:4)

1 Corintios 14

 Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar.  En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor.

SANTO TOMAS DE AQUINO

Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, en este día, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).

Fecha de canonización: 18 de julio de 1323 por el Papa Juan XXII

Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.

A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.

Suave y silencioso (en París lo apodaron «el buey mudo»), gordo, contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, «contemplata aliis tradere», o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.

En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: «Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó».

El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. «Luz intelectual llena de amor – amor de lo verdadero pleno de alegría» -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia – bienaventuranza.

El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico -pastorales y los Opúsculos espirituales.

REFLEXIÓN DEL DÍA:

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La semana pasada tenia una cita importante en horas de la mañana. Así que puse mi despertador para poder despertar a tiempo. Pero ese día fue unos de las días más difíciles para mí al momento de levantarme.
El reloj despertador sonó a la hora indicada, pero mi cuerpo, por el cansancio del día anterior, no asimilaba que la hora de despertar había llegado.
Por fin desperté, pero aun seguía en la cama sin levantarme durante una hora más. Hasta que por fin tome la decisión de levantarme y por ende llegue tarde a la cita que tenia.
Esto me hizo crear una hipótesis basada en los ejercicios de algebra que aprendí en el escuela. Y es la siguiente: “No es lo mismo despertar que levantarse”
Durante mucho tiempo estamos bajos los efectos del sueño de un problema, una mala relación, un mal hábito o un error del pasado. Despertamos y reconocemos la situación, pero aun así seguimos en la cama sin levantarnos durante una hora más, esto hará que lleguemos tarde a nuestro destino. Es tiempo de despertar, pero también de levantarnos.
Que tu pasado no defina tu futuro. Los errores son parte del currículum de cada ser humano, ellos nos dan la experiencia para no volver a cometerlos.
¿Escuchas ese sonido?  ¿No?  Presta atención…  ¿Puedes escuchar el reloj despertador? Es tu hora… Es tiempo de despertar y levantarse.