Todos conocemos la historia de Adán y Eva. Fueron puestos en un paraíso lleno de la mayor variedad de frutas. Libres de comer todo cuanto quisieran (Buffet libre y sin engordar) pero solo había una fruta de la cual no podían comer.
Es como si te dijeran «Esta gran mansión es tuya. puedes usar todas sus habitaciones, la piscina, el jacuzzi, la cancha de tenis, la de fútbol, el salón cine para ver televisión… y todo esto sin pagar un centavo» pero que te digan que hay una pequeña habitación a la que no puedas entrar. Y que si en algún momento entras te expulsaran de la casa.
Días después el dueño encuentra forzada la cerradura del pequeño cuarto que se te prohibió entrar; y esto conlleva a que te expulsen de la casa. Perdiste toda una gran mansión por una pequeña habitación. Fue exactamente lo mismo que paso con ellos, perdieron todo el jardín por una sola fruta.
Este episodio lo vemos a diario, cuando perdemos las cosas mas valiosas de nuestra vida por otras que realmente no valen la pena. Y lo mas doloroso es que aprendemos a valorar estas cosas cuando las vemos marcharse. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde… ¿Te suena? No pierdas lo mas por lo menos, o peor aun… no pierdas las cosas mas importante en tu vida por cosas pasajeras.
Valora y cuida lo que tienes porque sino otra persona lo hará por ti. Valora a tu familia, a tu pareja, a tus hijos, tu trabajo, tus estudios, tu carrera, valora el perdón infinito que Dios nos ha entregado y la oportunidad de que seamos sus hijos, valora cada segundo de tu vida porque estos son irrecuperables.
Comencemos a luchar por ellas y estas serán las que nos darán las fuerzas para despertar cada mañana y dar lo mejor de nosotros.