miércoles, mayo 1, 2024
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mis sueños

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Sueños… Creo en mis sueños, hablo sobre mis sueños, pienso en mis sueños, hago planes para mis sueños, creo oportunidades para mis sueños y me veo ya en mis sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga realidad, es hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear oportunidades para él.

Hay un gran poder de voluntad que sigue a lo que imaginamos. Este poder de la voluntad nos permite seguir adelante a pesar de todos los obstáculos y los sueños que debieran tomarnos diez a veinte años en lograrlos, se cumplen en menos tiempo.

¡Los planes en papel no son suficiente para los sueños! Simplemente veámonos actuando en lo que nos hemos imaginado y para cuando estemos involucrados pensaremos que todavía estamos en el proceso de imaginárnoslo.

Lo que creemos es lo que logramos. Lo que imaginamos es lo que llegamos a ser. Lo que pensamos es lo que experimentamos.

Fola Daniel, Nigeria.

Sin embargo los verdaderos sueños no son lo que nacen en la mente de un ser humano, sino los que vienen de Dios. Dios es el dador de los sueños productivos, poderoso, redentores. De nada sirve tener sueños si Dios no está en el asunto. Cuando Dios da el sueño, él dará los recursos para que los llevemos a cabo y el final siempre será que Dios será glorificado. Deja que Dios te siembre en sueño en tu vida y entonces podrás correr hacía el sueño.

Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para interpretarlos. Gen 41:15

Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Dios, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. Num 12:6

Y se le apareció Dios a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé. I Rey 3:5

La Rana Orgullosa

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Una rana se preguntaba cómo podía alejarse del clima frío del invierno. Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos. Pero el problema era que la rana no sabía volar. “Déjenmelo a mí -dijo la rana-. Tengo un cerebro espléndido”.

Luego pidió a dos gansos que la ayudaran a recoger una caña fuerte, cada uno sosteniéndola por un extremo. La rana pensaba agarrares a la caña por la boca.

A su debido tiempo, los gansos y la rana comenzaron su travesía. Al poco rato pasaron por una pequeña ciudad, y los habitantes de allí salieron para ver el inusitado espectáculo.

Alguien preguntó: “¿A quién se le ocurrió tan brillante idea?” Esto hizo que la rana se sintiera tan orgullosa y con tal sentido de importancia, que exclamó: “¡A MI!”.

Su orgullo fue su ruina, porque al momento en que abrió la boca, se soltó de la caña, cayó al vacío, y murió.

Hay ocasiones en que la falta de humildad o el exceso de orgullo, pueden echar abajo los planes más excelentes.

Una de las más grandes enseñanzas de Jesús fue la humildad, bastante perdida en estos tiempos.

Dale gracias a Dios por tus éxitos, pero recuerda que TODO lo que tienes te lo ha dado El, quién nunca te olvida y siempre te espera.

Nunca te jactes de las cosas que tienes o sabes, pues otros saben de otras cosas que tú ni siquiera imaginas.

Sé humilde y nunca te creas más que los demás.

“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” Santiago 4:6

Maravillas del cuerpo humano

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“formidables, maravillosas son tus obras” (Salmo 139:14).

  • El cerebro humano contiene 100 mil millones de neuronas, cada una de las cuales está enlazada con hasta 10,000 otras neuronas.
  • El ojo es un sistema interrelacionado de alrededor de 40 subsistemas. La retina del ojo tiene 137 millones de células en forma de bastoncillos que nos permiten ver colores.
  • El ojo, el nervio óptico, y la corteza visual son capaces de capturar, entregar, e interpretar hasta 1.5 millones de mensajes pulsadores por milisegundo.
  • Algunos consideran que el oído es el sistema sensorio más complejo del cuerpo humano. Es capaz de procesar y cambiar ondas minúsculas de presión de sonido de las moléculas del aire chocando contra el tímpano, en señales neurales que son enviados al cerebro e interpretados como sonido.
  • El corazón humano late aproximadamente 70 veces por minuto y bombea unas 7 toneladas de sangre cada día.
  • El aparato circulatorio de nuestro cuerpo tiene 37,000 a 62,000 kilómetros de largo.
  • Las arterias se relajan mientras el corazón late y se contraen entre latidos, así supliendo las ramas más pequeñas del sistema circulatorio con una circulación de sangre constante y uniforme.
  • La sangre contiene 30 trillones de células que son destruidas al ritmo asombroso de 72 millones por minuto. Mientras están siendo destruidas, el cuerpo salva a 85 por ciento del hierro esencial que regresa a la médula de los huesos para producir nueva hemoglobina. Sin esta capacidad de conservar el hierro, todos nosotros moriríamos de la anemia.
  • La velocidad de la sangre está controlada por el centro vasomotor que está en la base del cerebro. La sangre fluye lentamente cuando uno está descansando, pero más rápido durante actividades más agotadoras.
  • Los riñones contienen más de 100 kilómetros de cañería y cada día separan unos 162 litros de filtrado de la sangre. 160 litros de sangre purificada regresan al sistema y un poco menos de 2 litros son extraídos como desperdicios.
  • El hígado está diseñado para mantener la cantidad exacta de azúcar en la sangre que se necesita en cualquier ocasión. Cuando uno ha comido más de lo que necesita, el hígado almacenará el exceso de azúcar y mantendrá un abastecimiento de aminos y glicógeno para emergencias.
  • El cuerpo humano no sólo crece según el plano divino, sino también tiene la capacidad de sanarse y de reproducirse.
  • Además de estas, hay un sinnúmero de otras características humanas detalladas en nuestro código genético. Como los copos de nieve, cada persona es única. Tenemos nuestras propias huellas digitales, voz, rasgos faciales, y fisonomía. Por ejemplo, una examinación de los ojos puede diferenciarnos de las demás personas de la tierra de la misma manera en que nuestras huellas digitales son distintas.
  • Por favor, recuerde que todo esto y mucho más fue puesto por Dios en su código genético desde el momento de su concepción.

¿Qué dice la Biblia acerca de la pornografía?

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Mateo 5:28 «…yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón».

Por mucho, los temas más buscados en internet están relacionados con la pornografía. La pornografía está rampante en el mundo de hoy. Quizá más que cualquier cosa, Satanás ha tenido éxito torciendo y pervirtiendo el sexo. El ha tomado lo que es bueno y justo (amor sexual entre esposo y esposa) y lo ha reemplazado con lujuria, pornografía, adulterio, violación y homosexualidad.

La pornografía es simplemente el primer paso en una resbaladiza pendiente de creciente vileza e inmoralidad (Romanos 6:19) Al igual que con la drogadicción, en donde el usuario es llevado a consumir mayores y más poderosas cantidades de drogas, así también la pornografía arrastra a la persona dentro de arraigadas adicciones sexuales y deseos impíos.

Las tres principales categorías del pecado son: “los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida.” (1 Juan 2:16). La pornografía definitivamente nos causa el codiciar las cosas de la carne, e indudablemente es lascivia para nuestros ojos. Definitivamente la pornografía no califica como una de las cosas en las que debemos pensar, “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” (Filipenses 4:8). La pornografía es adictiva (1 Corintios 6:12; 2 Pedro 2:19), destructiva (Proverbios 6:25-28; Ezequiel 20:30; Efesios 4:19), y conduce a una siempre creciente perversidad (Romanos 6:19). El codiciar a otra gente en nuestras mentes (la esencia de la pornografía) es ofensivo a Dios (Mateo 5:28). Cuando la devoción habitual a la pornografía caracteriza la conducta de una persona, eso demuestra que la tal persona no es salva (1 Corintios 6:9).

Si hubiera una cosa que pudiera yo cambiar acerca de mi vida anterior a convertirme en cristiano, sería mi incursión en la pornografía. Gracias sean dadas a Dios – Él puede y me dará la victoria. ¿Estás involucrado con la pornografía y el deseo de librarte de ella? He aquí algunos pasos a la victoria: (1) Confiesa tu pecado a Dios (1 Juan 1:9). (2) Ruega a Dios que limpie, renueve y transforme tu mente (Romanos 12:2). (3) Pide a Dios que llene tu mente con Filipenses 4:8. (4) Aprende a guardar tu cuerpo en santidad (1 Tesalonicenses 4:3-4). (5) Comprende el significado apropiado del sexo y depende solo de tu esposa para satisfacer esa necesidad (1 Corintios 7:1-5) (6) Considera que si tu andas en el Espíritu, tu no satisfarás los deseos de la carne (Gálatas 5:16). (7) Toma pasos prácticos para reducir tu exposición a imágenes gráficas (por ej.: Instala bloqueadores de pornografía en tu computadora, limita el uso de la televisión y videos, busca a otro cristiano que esté orando por ti y que te ayude a mantenerte firme – (tu esposa, si eres casado)

«Huyan, pues, de la inmoralidad sexual. Cualquier otro pecado que una persona comete, no afecta a su cuerpo; pero el que comete inmoralidades sexuales peca contra su propio cuerpo.» 1 Corintios 6:18

Como Recibir el Perdon de Dios

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Hechos 13:38 declara, “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados.”

Qué es el perdón y por qué lo necesitamos?

La palabra “perdonar” significa borrón y cuenta nueva, perdonar, cancelar una deuda. Cuando somos injustos con alguien, buscamos su perdón a fin de restituir la relación. El perdón no es otorgado debido a que la persona merezca ser perdonada. Nadie merece ser perdonado. El perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. El perdón es una decisión de no guardar rencor a otra persona, pese a lo que le haya hecho.

La Biblia nos dice que todos necesitamos perdón de Dios. Todos hemos cometido pecado. Eclesiastés 7:20 declara, “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.” 1 Juan 1:8 dice, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.” Todo pecado es a la larga un acto de rebelión en contra de Dios (Salmos 51:4). Como resultado, necesitamos desesperadamente el perdón de Dios. Si nuestros pecados no son perdonados, pasaremos la eternidad sufriendo las consecuencias de nuestros pecados (Mateo 25:46; Juan 3:36).

Perdón – ¿Cómo lo obtengo?

Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo – está ansioso para perdonar nuestros pecados! 2 Pedro 3:9 nos dice, “…Paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” Dios desea perdonarnos, de manera que proveyó para nuestro perdón.

El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte de Romanos 6:23 declara, “Porque la paga del pecado es muerte…” La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados. Dios, en Su plan perfecto, se volvió un ser humano – Jesucristo (Juan 1:1, 14). Jesús murió en la cruz, llevando la penalidad que merecíamos – la muerte. 2 Corintios 5:21 nos enseña, “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.” Jesús murió en la cruz, llevando el castigo que merecíamos! Como Dios, la muerte de Jesús proveyó el perdón por los pecados del mundo entero. 1 Juan 2:2 proclama, “El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Jesús resucitó, proclamando Su victoria sobre el pecado y la muerte (1 Corintios 15:1-28). Gloria a Dios, que a través de la muerte y resurrección de Jesucristo, la segunda parte de Romanos 6:23 es verdad, “…mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

¿Quiere tener sus pecados perdonados? ¿Tiene un persistente sentido de culpa que no parece desaparecer? El perdón de sus pecados está disponible si pone su fe en Jesucristo como su Salvador. Efesios 1:7 dice, “En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.” Jesús pagó la deuda por nosotros, de manera que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que tiene que hacer es pedirle a Dios que le perdone a través de Jesús, creyendo que Jesús murió para pagar por su perdón – y El va a perdonarlo! Juan 3:16-17 contiene este maravilloso mensaje, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.”

Perdón – ¿Es en realidad así de fácil?

¡Sí, es así de fácil! Usted no puede ganar el perdón de Dios. No puede pagar a Dios por su perdón. Usted solamente puede recibirlo por fe, por medio de la gracia y misericordia de Dios. Si desea aceptar a Jesucristo como su Salvador y recibir el perdón de Dios, aquí está una oración que usted puede hacer. Hacer esta oración o cualquier otra, no va a salvarlo. Es solamente el confiar en Jesucristo lo que puede librarle del pecado. Esta oración es simplemente una manera de expresar a Dios su fe en El, y agradecerle por proveerle su perdón. “¡Dios, sé que he pecado contra ti y merezco castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en El yo pueda ser perdonado. Me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para salvación. Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón! ¡Amén!”

Qué hacer si todavía amo a mi ex-novio

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Tengo treinta años, doce de casada y dos hijos. No amo a mi esposo, pero nunca se lo he hecho notar. El es muy celoso, pero como no lo quiero, he decidido no reclamarle nada.

por oposición de mi familia tuve que casarme con el que actualmente es mi esposo. pero sigo amando a mi ex-novio, que se encuentra en el exterior. Cuando se fue, me pidió que me fuera con él, incluso con mis hijos. Pero soy muy cobarde y no quise hacerlo.

Quisiera olvidarlo pero no puedo, siempre está en mi pensamiento. A veces me pongo a llorar porque no hice nada por salvar mi amor; ese amor que no he conocido todavía y que seguro no he de conocer.

Hasta me he enfermado del corazón. Estoy convencida de que sin amor la vida no tiene sentido. Ayúdeme por favor.

RESPUESTA

Sus padres cometieron un error, pero eso ya quedó en el pasado.

Señora, con recordar a su ex-novio no resuelve sus problemas actuales. Al poner su atención en su ex-novio, usted paraliza su vida, su voluntad y cualquier posibilidad de encontrar amor y paz. Usted tiene que madurar, analizando toda la situación en forma imparcial.

Recordar a su ex-novio es un sueño irresponsable que está arruinando su vida, la de su esposo y de sus hijos; es precisamente lo que la está alejando a usted más y más de su marido. Por fijar su atención en él, ni siquiera se ha dado cuenta de las cualidades de su marido.

Un hogar sin amor, confianza, armonía y familiaridad deja de llamarse hogar y sus hijos se convierten en las mayores víctimas de su obstinación.

¿Por qué vivir en la desilusión y la amargura, cuando puede proyectar su mente y voluntad a una vida optimista y armoniosa, haciéndose buena amiga de su esposo, tratando de descubrir sus sentimientos, sus planes, sus ideales?

Su actitud ha sido una constante acusación para con su esposo, y lógicamente él tiene que reaccionar con celos.

Recordar a su ex-novio es, además, infidelidad de corazón. Jesús dijo:

“Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo, que cualquiera que mira a una persona del sexo opuesto para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mateo capítulo 5).

Me duele decírselo, señora, pero este soñar con su ex-novio, de acuerdo con Dios, es adulterio en su corazón. Pero usted puede llegar a conocer el verdadero amor. Primeramente, deben perdonarse mutuamente. La Biblia, que es el mejor consejero siquiátrico de todo el mundo, porque proviene de nuestro Creador quien nos conoce a fondo, dice:

“Soportándose unos a otros y perdonándose unos a otros, si alguno tuviere queja contra el otro. De la manera que Cristo los perdonó, así también háganlo ustedes” (Colosenses capítulo 3).

Y la clave para encontrar el verdadero amor comienza al conocer a Cristo como nuestro Salvador personal. El es el único que puede lavar nuestra mente de todo lo negativo, llenándonos de amor y esperanza. En Romanos capítulo 5, dice:

“El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”.

Ponga su vida en las manos de Cristo, y luego hable sinceramente con su esposo; explíquele su deseo de comenzar otra vez. Si así lo hacen, su hogar será renovado con Cristo como centro de la familia.

El hogar perfecto ante los ojos de Dios, es aquel donde se cumplen las palabras de 1a. Corintios capítulo 11:

“Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo”.

¿Qué dice la Biblia acerca del aborto?

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La Biblia nunca menciona específicamente el problema del aborto. Sin embargo, hay numerosas enseñanzas en la Escritura que hacen totalmente claro la visión de Dios sobre el aborto.

Jeremías 1:5 nos dice que Dios nos conoce antes de formarnos en el vientre materno. El Salmo 139:13-16 nos habla del papel activo de Dios en nuestra creación y formación en la matriz. Éxodo 21:22-25prescribe el mismo castigo para alguien que cause la muerte de un bebé en el útero que para alguien que cometa un asesinato. Esto indica claramente que Dios considera a un bebé en la matriz del mismo modo que lo hace con un ser humano plenamente desarrollado como adulto. Para el cristiano, el aborto no es un asunto de elección de los derechos de la mujer. Es un asunto de la vida o la muerte de un ser humano hecho a la imagen de Dios. (Génesis 1:26-27; 9:6).

El primer argumento que se levanta siempre contra la posición cristiana sobre el aborto es, “¿Qué sucede en los casos de violación y/o incesto?” Tan horrendo como sería el quedar embarazada como resultado de una violación y/o incesto, ¿es el hacer asesinar a un bebé la respuesta? Dos errores no hacen un acierto. El niño que llega a ser el resultado de violación y/o incesto puede ser dado en adopción a una amorosa familia que no haya podido tener hijos propios – o el niño puede ser criado por su madre. Nuevamente, el bebé no debe ser castigado por los actos malvados de su padre.

El segundo argumento que usualmente se levanta contra la posición cristiana sobre el aborto es, “¿Y qué sucede cuando la vida de la madre está en riesgo?” Honestamente, esta es la pregunta más difícil de responder en el tema del aborto. Primero, recordemos que esta situación es la razón tras menos de una décima del uno por ciento de los abortos hechos en el mundo actual. Hay muchísimas más mujeres que tienen abortos porque no quieren “arruinar sus cuerpos” que mujeres que tienen un aborto para salvar sus propias vidas. Segundo, recordemos que Dios es un Dios de milagros. Él puede preservar la vida de una madre y su bebé, a pesar de que todos los pronósticos médicos estén en su contra. Aunque finalmente, esta pregunta solo puede ser decidida entre el esposo, la esposa y Dios. Cualquier pareja que enfrente esta extremadamente difícil situación deberá orar al Señor por sabiduría (Santiago 1:5) para saber lo que Él quiere que hagan.

En el 99% de los abortos ejecutados en el mundo actual, la razón es “control natal retroactivo.” Una mujer y/o su pareja deciden que no quieren al bebe que han concebido. Así que deciden terminar la vida de su hijo, en vez de enfrentarse con la responsabilidad. Esta es una maldad extrema. Aún en el 1% de las situaciones más difíciles, el aborto nunca debe ser la primera opción. La vida de un ser humano en la matriz vale cualquier esfuerzo que le permita llegar al término de su proceso de nacimiento.

Para aquellos responsables de un aborto – el pecado del aborto no es menos perdonable que cualquier otro pecado. A través de la fe en Jesucristo, cualquier y todos los pecados pueden ser perdonados (Juan 3:16; Romanos 8:1; Colosenses 1:14). Una mujer que ha tenido un aborto, o un hombre que ha animado al aborto, o aún un doctor que ha ejecutado uno – todos pueden ser perdonados por la fe en Cristo Jesús.

La última lágrima

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Allí estaba, sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda; gorra marrón, manos arrugadas sosteniendo un viejo bastón de madera; pantalones que arremangados dejaban libres sus pantorrilas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de punto tejido a mano.

El anciano miraba a la nada. Y el viejo lloró, y en su única lágrima expresó tanto que me fue muy díficil acercarme, a preguntarle, o siquiera consolarlo. Por el frente de su casa pasé mirándolo, al voltear su mirada la fijó en mí, le sonreí, lo saludé con un gesto aunque no cruzé la calle, no me animé, no lo conocía y si bien entendí que en la mirada de aquella lágrima se mostraba una gran necesidad seguí mi camino, sin convencerme de estar haciendo lo correcto. En el camino guardé la imagen, la de su mirada encontrándose con la mía. Traté de olvidarme.

Caminé rápido como escapándome. Compré un libro y cuando llegué a mi casa, comencé a leerlo esperando que el tiempo borrara esa presencia……pero esa lágrima no se borraba……..Los viejos no lloran así por nada, me dije. Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios y decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido.

Luego de vencer mi pena, logré dormir. Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas y muy deprisa fuí a su casa convencido de tener mucho por conversar. Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre. ¿ Qué desea ? preguntó, mirándome con un gesto adusto. Busco al anciano que vive en esta casa, contesté. Mi padre murió ayer por la tarde, dijo entre lágrimas. ¡ Murió ! dije decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nubló y los ojos se me humedecieron. ¿ Usted quién es? volvió a preguntar. En realidad, nadie, contesté y agregué. Ayer pasé por la puerta de su casa, y estaba su padre sentado, ví que lloraba y a pesar de que lo saludé no me detuve a preguntarle pero hoy volví para hablar con él pero veo que es muy tarde. No me lo va a creer pero usted es la persona de quien hablaba en su diario.

Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicación. Por favor, pase. Me dijo aún sin contestarme. Luego de servir un poco de café me llevó hasta donde estaba su diario y la última hoja rezaba: Hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable…..hoy es un día bello. Tuve que sentarme. Me dolió el alma de solo pensar lo importante que hubiera sido para ese hombre que yo cruzara aquella calle. Me levanté lentamente y al mirar al hombre le dije: Si hubiera cruzado la vereda y hubiera conversado unos instantes con su padre…..Pero me interrumpió y con los ojos humedecidos de llanto dijo: Si yo hubiera venido a visitarlo al menos una vez en este último año. quizás su saludo y su sonrisa no hubieran significado tanto.

Si hubiera……si hubiera……si hubiera……. Cuántas veces esas dos palabras han estado en nuestros labios. Tomemos la decisión de aprovechar cada oportunidad para amar, compartir y edificar a otros. Hoy……mañana puede ser muy tarde.

«Un mandamiento nuevo os doy; que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.» Juan 15: 34.

» Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. » Juan 15: 12