Los religiosos y las religiosas son esas personas que se consagran a Dios y que forman parte de una congregación religiosa. Muchas veces las personas las llaman «monjas» o «frailes»…
¿Qué es eso de «religiosos»?
Los religiosos y religiosas tienen todos tres características en común:
.Han consagrado su vida a Dios mediante los votos públicos de pobreza, castidad y obediencia en un instituto religioso.
.Viven en comunidades donde comparten su experiencia de fe.
.Renuncian al mundo. Esto no significa que se desentienden del mundo, sino de los afanes materiales al que el mundo les invita.
¿Todos los religiosos son sacerdotes?
No. Hay institutos religiosos donde hay sacerdotes y hermanos que no lo son. Existen incluso congregaciones exclusivamente de Hermanos que no son ordenados sacerdotes. Tampoco las congregaciones femeninas son sacerdotisas.
¿Entonces, hay sacerdotes «religiosos» y otros sacerdotes que no lo son?
Efectivamente. Hay sacerdotes que pertenecen a un instituto religioso y otros que no.
Los sacerdotes «diocesanos» no pertenecen a ningún instituto religioso concreto sino a cada diócesis. El superior de un sacerdote diocesano es el Obispo de esa diócesis donde ha sido ordenado sacerdote.
¿Cuál es la mejor de las dos opciones?
Los seres humanos siempre estamos comparando… En este tema no hay opciones mejores que otras. Cada persona individualmente tiene que preguntarse dónde le quiere Dios y actuar en consecuencia.
En la vida de fe el mejor sitio es estar donde Dios nos quiere. Quien es llamado a la vida religiosa, como religioso, y el que es llamado a la vida diocesana, pues como sacerdote diocesano. Cada uno debe descubrir el lugar desde donde servir al Señor y a los demás.
¿Qué es la vida religiosa?
La Vida Religiosa es una forma de vida que ayuda a que se realicen, humana y espiritualmente sus miembros, desde el seguimiento específico de Jesucristo, a través del servicio y la presencia en el mundo y en la Iglesia.
¿Qué es un instituto de vida consagrada?
Son comunidades de personas consagradas a Dios con el único empeño de seguir e imitar lo que Cristo vivió y predicó. Para lograrlo se reúnen a vivir juntos lo que individualmente Jesús les confió a través de la vocación personal.