jueves, abril 18, 2024
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¿Cómo enfrentar ese problema que me quita el sueño?

¿Cómo enfrentar ese problema que me quita el sueño?
Luego de intentar todos los consejos para poder quedarme dormido y para no pensar más en el problema que me estaba quitando el sueño, habiendo hecho saltar el cerco a la oveja nº 5326, finalmente recé: “Espíritu Santo se que fuiste quién inspiró a los escritores de la Biblia y que los distintos libros, capítulos y versículos son igualmente importantes, pero si hubiera uno que sea apropiado para enfrentar el problema que me aflige ¿Cuál elegirías?”

El eco de mi pregunta se convirtió en un profundo silencio. No se si dormido o despierto, mi corazón escuchó:

– “Uno de los versículos más importantes que inspiré en toda la Biblia se encuentra en la primera Carta de Pedro. El apóstol habla de la necesidad de que nuestra fe sea probada: “Para que sometida a prueba su fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús” (1 Pedro 1,7). En este mismo pasaje, Pedro te dice lo que puedes esperar cuando enfrentas tales pruebas de fe: “Por esto estén alegres, aunque por un tiempo tengan que ser afligidos con diversas pruebas” (v 6).

¿Y qué quiere decir esto?

La palabra griega que se usa para pruebas aquí significa “probar, examinar, prueba con dificultades y adversidades.” Pedro, fruto de sus experiencias, está diciéndote, “Si tú eres un seguidor de Jesucristo, entonces vas a pasar por muchas pruebas y tentaciones pesadas. ¡Serás probado severamente!”. Debes entender lo siguiente:

Dios te está diciendo, “Tu fe es preciosa para mí – más preciosa que todas las riquezas de este mundo, las cuales perecerán algún día. Y en estos días – cuando el enemigo envía toda clase de maldad contra ti – yo quiero que tú permanezcas de pie, fuerte con una fe inamovible”.

Te digo además, “¡Yo te cuidaré y te bendeciré a través de cada día oscuro! Tu parte en esto es simplemente tener fe en mí. ¡Tú serás guardado por mi poder, a través de la fe!”

Por eso me pide que te diga con Pedro: “Los protege el poder de Dios, por medio de la fe, con miras a la salvación que nos tiene preparada para el tiempo previsto.” (v 5).

En otra carta Pedro te dice: “Sabe el Señor librar de la dificultad a los obedientes…” (2 Pedro 2,9). La palabra griega que aquí se usa significa “poniendo a prueba adversidades.”

También Pablo aprendió en carne propia y escribe: “Ustedes todavía no han sufrido más que pruebas comunes. Pero Dios es fiel y no permitirá que sean tentados por encima de sus fuerzas. En el momento de la tentación les dará fuerza para superarla.” (1Cor. 10,13).
– ¡Suena sádico! Pensé.

– Claramente, Dios no quiere mantenerte en pruebas, como si en ellas se divirtiera. ¿Por qué estaría él interesado en mantenerte en medio de tentaciones y aflicciones? ¡El no recibe ninguna gloria de las pruebas de sus hijos – sino de los resultados de sus pruebas!

Sólo hay una manera de salir de tus pruebas – y es pasando el examen. ¡Te acuerdas cuando estabas en el colegio! ¿Cómo superaste cada año? Enfrentando el examen final para aprobarlo. Y si no lo pasabas, luego del recuperatorio, repetías el grado o el año.

Ese era el caso con el pueblo bíblico, cuando Dios los llevó al Mar Rojo. Dios estaba probando a su pueblo, tratando de capacitarlos. El los llevó al borde de la derrota – los rodeó con montañas en ambos lados, con el mar en frente, y con el enemigo que amenazaba por detrás.

Pero el Señor puso a Israel en esas circunstancias esperando una sola reacción. El quería que su pueblo reconociera que no eran omnipotentes. El quería escucharlos decir “Nosotros recordamos cómo Dios nos libró de las plagas. Recordamos cómo nos sacó del horno de aflicción donde hacíamos ladrillos sin paja y no teníamos descanso. ¡Dios nos libró entonces – y él lo hará otra vez! Animémonos en su fidelidad. El es Dios – y nos ha dado promesas que cumplirá. El nos capacitará para enfrentar a cada enemigo que venga contra nosotros.”

Antes de callar, me dijo: Hijo, repite en el momento de prueba: ¡Es una materia que el Espíritu Santo me ayudará a aprobar!

Cuando desperté por la mañana, mi primer pensamiento fue: ¡Esta prueba es una capacitación para algo más grande que viene!

Para meditar en Comunidad o en el Silencio de tu Corazón:

– ¿Con qué situaciones sientes que está siendo probada tu fe? ¿Cómo actúas en ese momento?

– ¿Crees que haces la suficiente “tarea” para estar listo para la prueba final?

“Espíritu Santo, guíame en el camino y dame la fortaleza para aprobar la prueba final”

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