viernes, marzo 29, 2024
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Las consecuencias de sobreproteger a los hijos

Las consecuencias de sobreproteger a los hijos :
No podemos mantener a nuestros hijos en continua sobreprotección ni ocultarles de todos los peligros. Tarde o temprano se enfrentarán a la realidad ellos solos, y si no se prepararon a tiempo para ello, puede que no sepan salir del problema. Los padres debemos dejarles evolucionar para no entorpecer su desarrollo. En lugar de impulsar todas esas cualidades y valores que podrían hacer de ellos seres extraordinarios

En ocasiones, las ganas de que a los hijos les vaya todo estupendamente, llevan a los padres a anticiparse en la satisfacción de las necesidades de sus hijos y a evitarles cualquier contratiempo. Las consecuencias de sobreproteger a los hijos pueden perjudicarles más que beneficiarles, sobre todo, a largo plazo.

Nuestros hijos necesitan sentirse queridos, protegidos y cuidados por sus padres y su familia para así desarrollar un buen crecimiento emocional. Pero no debemos cometer el error de sobreproteger a los hijos ni salvarles en cada situación que les saque de su zona de confort.

Las consecuencias de sobreproteger a los hijos

¿Por qué tendemos a sobreproteger a nuestros hijos? Por falta de tiempo y miedo al fracaso. Aunque los padres queremos que nuestros hijos sepan salir adelante, buscarse la vida y afrontar el fracaso, a veces no les preparamos para ello, y lo que sucede es que:

– Terminan por no asumir ningún tipo de responsabilidad para su edad.

– Les acaba dando miedo hacer las cosas porque nosotros se la vamos a hacer mejor.

– No son capaces de actuar sin previa orden.

– No saben razonar ni toleran la frustración.

– Tendrán un escaso desarrollo de sus habilidades (vestirse, comer…) y adoptarán una postura de pasividad y comodidad.

– Su autoestima será baja y tendrán poca seguridad en sí mismo.

– Rehuirán los problemas en vez de tratar de enfrentarse a ellos y no sabrá cargar con las consecuencias de sus propios actos.

Dejar evolucionar a los niños es la clave para evitar la sobreprotección infantil
No podemos mantener a nuestros hijos en continua sobreprotección ni ocultarles de todos los peligros. Tarde o temprano se enfrentarán a la realidad ellos solos, y si no se prepararon a tiempo para ello, puede que no sepan salir del problema. Los padres debemos dejarles evolucionar para no entorpecer su desarrollo. En lugar de impulsar todas esas cualidades y valores que podrían hacer de ellos seres extraordinarios

Está bien que los padres y educadores quieran trabajar el desarrollo de ciertas habilidades fundamentales para la vida, como la autonomía, la proactividad, la comunicación y el manejo de la tecnología, entre otras, para ayudar a nuestros hijos y aconsejarles en cada uno de estos ámbitos. Pero formarnos nosotros para ayudarles a ellos no quiere decir que nos formemos por ellos.

Es normal que nosotros como padres nos veamos más preparados para afrontar ciertas situaciones en menor tiempo y con mayor éxito que ellos. Por eso, a veces nos vemos forzados a terminar lo que ellos empezaron para que así les salga mejor y lo acaben antes, pero no podemos dejarnos llevar. Tenemos que tener cuidado y saber equilibrar la balanza para que no se incline de todo hacia la autonomía total del niño ni hacia la invalidez absoluta.

Hay padres que desconocen lo que se le puede exigir al niño y fomentan conductas más infantiles de lo que le corresponde por su edad, y otros piensan que es mejor hacerles la vida más fácil tratando de anticiparse a cualquier necesidad de su hijo antes de que él mismo lo pida.

Consejos para evitar la sobreprotección infantil
Está en nuestra mano evitar estas conductas, entonces ¿qué podemos hacer para ofrecerle los cuidados que necesita para sentirse seguro y querido, sin caer en una excesiva protección?

– Deja que se enfrente a las dificultades, que se adapte al entorno y que desarrolle sus habilidades por sí solo.

– Déjale respirar, no te preocupes en exceso por su bienestar y salud.

– Trata de que aprenda a pensar por sí solo, a asumir nuevos retos y a adoptar sus primeras decisiones.

– Fomenta el juego con otros niños, sin la presencia constante de los adultos.

– No le des todo lo que pida o lo que creas que necesita. Enséñale el valor del esfuerzo.

– Ponte de su lado cuando lo necesite, pero para apoyarle, no para solucionar sus problemas y realizar sus tareas.

– Permite que pase algún tiempo con otras personas para «independizarse» un poco de sus padres.

– Trátale de acuerdo a su edad.

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